La macrofiesta rave no autorizada ‘Big Fucking Party 2025’, que desde Nochevieja se celebra en terrenos que se encuentran en las proximidades del Aeropuerto de Ciudad Real y que congrega a unas 5.000 personas por tercer día consecutivo, está teniendo una importante afección ambiental por el impacto del ruido en la población de aves esteparias de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Campo de Calatrava.
Así lo han denunciado los profesores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Rafael Ubaldo Gosálvez Rey, profesor titular del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio, y Máximo Florín Beltrán, profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, ambos de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), que han visitado la ZEPA del Campo de Calatrava y el lugar donde se está celebrando la macrofiesta rave, para medir el ruido y realizar un censo de especies protegidas.
El ruido también afecta a los vecinos de los barrios al sur de la capital
Ambos profesores también han señalado que el impacto del ruido afecta a las vecinas y vecinos de los barrios situados del sur de Ciudad Real, que han expresado numerosas quejas por las molestias acústicas que sufren sobre todo por la noche, llegando a dificultar el descanso nocturno.
Gosálvez y Florín han lamentado la dejación de funciones de administraciones como la Subdelegación del Gobierno, la Consejería de Desarrollo Sostenible y el Ayuntamiento de Ciudad Real, con algún tipo de competencias ante la organización de este evento musical, que están minimizando el impacto negativo que la macrofiesta tiene tanto en los ciudadanos como en las aves, mostrándose, han dicho, pusilánimes ante situaciones tan graves y complejas como estas, «inhibiéndose y mirando para otro lado».
Los profesores han asegurado que al impacto de la rave ‘Big Fucking Party 2025’ se une a otros aspectos que están teniendo una importante repercusión en la conservación de las aves esteparias, como es la pérdida y fragmentación del hábitat, el cambio de usos del suelo, la pérdida de suelo como el préstamo de tierras del aeropuerto para la rehabilitación ambiental de la Mina de San Quintín, al aumento de pesticidas, alambradas y pérdida de alimento por la industrialización agropecuaria y el declive de las prácticas agrarias tradicionales.
Pero, en el caso concreto de la rave, las administraciones se han centrado en los problemas causados por el tráfico en la autovía, pero no han prestado atención a la contaminación acústica que puede dar la puntilla definitiva a las perspectivas de recuperación de los enclaves óptimos de aves esteparias, pese a que la fiesta se encuentra fuera de la ZEPA, pero muy próxima a ella, dentro del Área Importante para las Aves (IBA) del Campo de Calatrava de SEO-Birdlife.
Unos 10 escenarios con grandes equipos de música
Los profesores, que han podido contar alrededor de 10 escenarios con grandes equipos de música alineados a lo largo de unos 500 metros, rodeados de un ingente número de vehículos, carpas, tiendas de campaña, chiringuitos, que están generando una importante contaminación acústica durante las 24 horas, cada uno de los días que dura la rave.
Este ruido, han comentado, sobrepasa con creces el valor sugerido por la Organización Mundial de la Salud para conciertos y festivales en ámbito urbano (100 dB), como lo demuestran las mediciones realizadas por el profesor Florín en distintos puntos situados a diferentes distancias de la rave.
En la zona más afectada de la ZEPA se ha registrado un 45,6 % de valores de 65 a 75 dB y un 54,4 % de valores mayores de 75 dB, con un máximo de 79,8 dB.
En una zona intermedia se ha registrado un 50 % de valores de entre 55 y 65 dB, un 25 % entre 65 y 75 dB, y un 25 % mayor de 75 dB, con un máximo de 77,7 dB.
En todas las zonas, el ruido de baja frecuencia (hasta 200 Hz) es dominante o subdominante, siendo el más impactante, por ejemplo, para aves como los sisones.
De acuerdo con estudios científicos, el sisón puede adaptarse a ciertas propiedades del ruido, pero es incapaz de variar la frecuencia de su canto, limitación de comportamiento que compromete la comunicación, ya que la especie utiliza llamadas de tono bajo.
En el seguimiento de aves realizado ayer no se pudo detectar ningún sisón, si bien, si se pudieron comprobar dos grupos de avutardas que sumaban más de 100 individuos en el extremo de la ZEPA más distante de la rave.
Durante el censo de aves, apenas si pudieron observar bandos de gangas, otra especie de ave esteparia, que encuentra en este terreno una importante zona de invernada.
Los profesores han señalado que el ruido también asusta a las aves en el área ocupada y sus aledaños, que es importante para el campeo en invierno de rapaces como cernícalos, elanio azul, aguilucho lagunero, milano real, águila real, perdicera e imperial y busardos ratoneros.
Finalmente, han comentado que el impacto del ruido es aún mayor por la llegada y la marcha de los vehículos a lo largo de una mayor extensión espacial, y por el uso de pirotecnia.