Espacios artísticos alternativos del Madrid de los primeros 90 es el tercero de los programas que Metrópolis dedica a recuperar capítulos fundamentales de la historia del arte madrileño desde finales de los años 70 hasta principios de los 90.
El programa se inicia en la exposición “La cara oculta de la luna. Arte alternativo en el Madrid de los 90”. La muestra, que se pudo ver recientemente en CentroCentro, tiene su origen en una investigación llevada a cabo por el artista y comisario Tomás Ruiz-Rivas sobre su generación a lo largo de la cual reunió documentación sobre una treintena de proyectos artísticos autogestionados.
Ante la falta de interlocutores institucionales se empezó a crear un red alternativa de espacios gestionados por los propios artistas con un modelo de trabajo no comercial, centrado en los elementos sociales y la experimentación y adoptando los nuevos lenguajes y comportamientos artísticos: la instalación, las performances, los trabajos site especific, la evolución del videoarte, los nuevos ámbitos de acción artística y los balbuceos de la tecnología en red.
De la mano de Juan Ugalde, Nieves Correa y el propio Tomás Ruiz-Rivas, Metrópolis profundiza en cuatro de las iniciativas más tempranas de aquella escena efervescente: Estrujenbank, donde tuvo una decisiva aportación el escritor y poeta tomellosero, Dionisio Cañas, Válgamedios, El Ojo Atómico y los Festivales de Performances FIReconstrucción de “Acumulación de bandas de doble onda” (Manuel Ludeña)
El momento seminal fue la apertura de la Sala de Exposiciones Estrujenbank en 1990, llevada a cabo por el colectivo del mismo nombre, donde se empezó a exhibir principalmente el trabajo de la generación más joven. El grupo Estrujenbank surgió en Nueva York hacia 1987 con Juan Ugalde, Dionisio Cañas y Patricia Gadea a los que en el 89, al volver a Madrid, se unió Mariano Lozano. Una vez aquí, en mayo del 90, decidieron abrir su estudio los fines de semana como Sala de Exposiciones con el mismo nombre del grupo. Juan Ugalde, artista y gestor cultural alternativo, nos relata el devenir de la Sala del madrileño Paseo de las Delicias, que enseguida se convirtió en un punto de encuentro y trabajo colaborativo de colectivos artísticos como Agustín Parejo School, Preiswert y los propios Estrujenbank con otros de una generación más joven como E.M.P.R.E.S.A. o Libres para Siempre.
Todas las exposiciones fueron colectivas y comisariadas por artistas o grupos artísticos que tenían absoluta carta blanca. Algunos de sus títulos fueron Callos de la casa, La nada de la política, La política de la nada, PSOE, Animales políticos, El fin de las razas felices o ¿Qué hago yo aquí?¿Dónde está mi ropa? Acababa de caer el Muro de Berlín y se acercaban los grandes eventos del 92 (la Expo de Sevilla, las Olimpiadas de Barcelona y Madrid Capital Cultural de Europa) lo que contribuyó a que pusieran el punto de mira en la realidad local más cercana frente a la que presentaban los medios: la de los grandes fastos, elegante, virtual y de diseño. Esta conexión crítica con la realidad dio como resultado un arte político que se adelantó casi una década al que posteriormente surgiría en otros lugares de Europa. El programa exhibe el video Distinguido y elegante: el arte que usted buscaba, creado por Estrujenbank para nuestro programa sobre Arte Corporativo en 1990.
Tras casi 2 años, habiendo editado una revista y otras publicaciones y organizado algunas exposiciones fuera de su propia sede, con sus miembros agotados por el trabajo y con problemas internos y económicos, la Sala “murió de éxito” y cerró en febrero de 1992. Según comenta Juan Ugalde, enviaron una circular en la que manifestaban que “nos vamos de vacaciones indefinidas” mientras despegaba Madrid Capital Cultural. Ese fue el final de la Sala; el grupo siguió funcionando unos años más.
Galería Válgamedios (1990 – 1991) y El Ojo Atómico (1993 – 1994)
A partir de aquí hay una sucesión de proyectos. El siguiente, que abrió en noviembre de 1990, fue la galería Válgamedios, ubicada en un semisótano vacío de la calle del mismo nombre del barrio de Chueca, que los dueños cedieron por una renta muy baja. Tomás Ruiz-Rivas -comisario, artista, cofundador de este espacio, posteriormente de El Ojo Atómico y actualmente codirector de Antimuseo- considera que “lo importante de Válgamedios fue que conectó a un numeroso grupo de gente, algunos ya habituales de la Sala Estrujenbank y que ese sentido de comunidad ya estaba presente en su inauguración donde cada artista o grupo llegaba con su obra y la iba instalando donde le apetecía”. El programa emite un fragmento del video Lo Más de Eusebio Morin grabado como parte del happening de la inauguración, en el que aparecen varios de sus integrantes. En sus escasos meses de actividad Válgamedios albergó varias exposiciones de arte alternativo y convocó el primer Festival de Performances, pero al requerir los dueños la devolución del local, hubo de buscarse un local alternativo.
En 1993, meses después de cerrar la galería Válgamedios, al grupo de artistas que la llevaban se le ofreció la posibilidad de disponer temporalmente, de forma gratuita, de una inmensa nave industrial en la zona de Prosperidad que se convertiría en El Ojo Atómico. El espacio tenía 500 m2 diáfanos con una bóveda de cañón que llegaba casi a los 7 metros. Este espacio alternativo que se fue autoinventando, se enfocó a la experimentación artística y ya empezó con una base colectiva mucho más amplia. En su equipo nuclear estaban Tomás Ruiz-Rivas, Rafael Burillo, Nieves Correa y Mariano Sierra junto a otros artistas que colaboraban según su disponibilidad. La exposición inaugural Documentos para una historia de la heterodoxia en el arte tuvo un carácter programático y presentaba obras realizadas fuera de los canales artísticos tradicionales participando numerosos artistas y colectivos de diferentes generaciones.