J.L.G.N., un hombre que padece un trastorno psíquico por el que sigue en tratamiento, ha reconocido ante la Audiencia de Ciudad Real que abusó del hermano discapacitado de su compañera sentimental en el año 2019, y ha aceptado ocho años de prisión, cuatro por cada uno de los delitos de abuso sexual que admite.
El acuerdo ha evitado el juicio previsto para este martes en la sección primera, y que el perjudicado, de 33 años cuando pasó, volviera a declarar contra sus familiares, de los que tiene una orden de alejamiento desde el otoño de 2019.
«Llegar hasta aquí ha sido durísimo», dice la abogada de la víctima
“Entendemos que es un buen acuerdo. Llegar hasta aquí ha sido durísimo por las circunstancias tan especiales y deleznables que rodean este caso”, ha contado la abogada de la víctima, Laura Moreno de la Santa, que ejercía la acusación particular.
La sentencia de conformidad recoge también una orden de alejamiento de seis años de su hermana y su pareja, que siguen juntos, y tres mil euros por daños morales. “Por fortuna la víctima tiene padres y un núcleo familiar extenso que le están apoyando”, ha contado la letrada.
Rebajan la pena por una atenuante de trastorno mental
El acuerdo ha sido posible porque fiscalía y acusación particular han aceptado rebajar la solicitud inicial de condena, de dieciséis años, seis por cada delito de abuso, a ocho (cuatro por cada uno), en aplicación de la atenuante de trastorno mental del imputado.
Se considera probado que entre agosto y octubre de 2019 el cuñado de la víctima, con una discapacidad intelectual del 65%, lo obligó a mantener relaciones sexuales, pese a que el joven carecía “de los suficientes recursos para oponerse, discernir o consentir esas relaciones”, recoge textualmente el escrito de acusación con el que se ha conformado el procesado.
Uno de esos supuestos abusos se produjo en la vivienda del acusado en Ciudad Real y otro en un descampado próximo a la vivienda tutelada en la que residía el perjudicado cuando ocurrió esto.
El caso se denunció porque la víctima lo contó a los responsables de la vivienda tutelada en la que reside.