La Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real ha acogido este viernes la presentación de la reedición de la novela escrita por José Aranda sobre la cervantina Venta de Borondo, ubicada en el término municipal de Daimiel y declarada Bien de Interés Cultural (BIC). La presentación de la reedición de la novela ha servido también para poner en valor este enclave cervantino del siglo XVI que sufre los estragos del tiempo.
La novela, que ha sido reeditada por sus hijas, narra la historia de una arquitecta en su lucha por rehabilitar la venta y a través de ella se van viendo las similitudes de Borondo con la que fue armado caballero Don Quijote de la Mancha, según han explicado en la charla las dos hijas del autor.
El encuentro, que ha estado organizado por la Asociación Cultural Venta de Borondo y Patrimonio Manchego, también ha servido para conocer el estado actual de la venta, donde se cree que Cervantes se inspiró para armar caballero a Don Quijote. En dicho encuentro, además de las dos hijas del autor, también han participado David Cejudo, presidente de la asociación e ingeniero de edificación; Diego Peris, arquitecto; Joaquín González Cuenca, catedrático de literatura española, y Alfonso Ossorio, profesor de historia.
Momentos previos al inicio del acto, el presidente de la Asociación Cultural Venta de Borondo, David Cejudo, ha explicado a los medios de comunicación que la venta sigue en pie, pese a que con el temporal de estas semanas pasadas “han volado molinos y depósitos de vino”. Aunque este invierno los desprendimientos que ha sufrido la venta han sido muy pocos, “los daños internos y estructurales siguen estando ahí”.
Preguntado por el futuro de la venta, Cejudo ha señalado que ellos como asociación realizan diferentes actividades culturales y de difusión para dar a conocer el estado de la venta y que las instituciones se responsabilicen de que la venta siga en pie y se le pueda dar un uso en el futuro. “Nosotros en lo que podemos, tenemos un pequeño presupuesto que vamos invirtiendo para evitar que el edificio caiga”.
Por su parte, el arquitecto Diego Peris, también momentos previos al inicio de la charla, ha comentado que la Venta de Borondo “representa un modelo de construcción, típico en el siglo XVI, que eran los paradores de carretera y permitían a los caminantes descansar entre tramo y tramo” y de la que quedan muy pocas referencias.
Además de ser una buena referencia desde el punto de vista emocional y de cómo aparecen reflejados en el Quijote este tipo de edificios, “es un excelente edificio, ejemplo de arquitectura popular manchega, donde se mezclan los sistemas constructivos de los tapiales, los adobes, las estructuras de madera… y estaría bien conservar referencias de este estilo”.
Sobre el futuro de la venta, Peris considera que falta un impulso desde la administración, “amparados en un tema que es solventable, pues es propiedad privada pero los dueños estarían interesados en ceder el edificio a cualquier administración que lo rehabilite. No dejemos que se nos caiga”.
Sobre la cervantina Venta de Borondo
Construida en el Siglo XVI sobre una villa romana, es una construcción sencilla a doble altura, que cuenta con un patio interior y un torreón que hacía las funciones de las actuales luces de neón de los bares de carretera, es decir, un tipo de reclamo a los viandantes que caminaban por los caminos que pasan por la venta: Camino de Almagro (antiguo camino real entre Almagro y Alicante) y el camino del Pardillo, según algunos textos posible vía romana entre Toledo y Andújar.
Se cree, según el cartógrafo Tomás López en el mapa de la Ruta del Quijote del año 1780, que la Venta de Borondo sería el lugar en el que Miguel de Cervantes se inspiró para nombrar caballero Don Quijote.
Actualmente la venta posee la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 2007, sin embargo, esta declaración no ha revertido que el inmueble siga sufriendo los estragos del tiempo. Parte de sus dependencias están hundidas, el torreón corre el riesgo de desplome y gran parte de sus elementos decorativos han sido expoliados. Hasta el momento, ninguna administración ha hecho nada para su posible recuperación y de seguir así, muy pronto, la Venta de Borondo no será más que un montón de escombros apartados en un camino, desapareciendo un edificio que para Cervantes era evocador de episodios y aventuras y que para nosotros debería de ser un elemento de identidad cultural.