‘Zaida’ es uno de los nombres árabes más extendidos en nuestra cultura, que significa ‘la que crece’. Y es también el nombre registrado en nuestro santoral como ‘Santa Zaida’, doncella mora hermana de San Bernardo de Alcira, que murió martirizada en Valencia a mediados del siglo XII… Pero es de otra ‘Zaida’ de quien nos ocupamos en este trabajo, la llamada “reina mora de Castilla”, esposa de Alfonso VI “el Bravo”, y de su nebulosa y casi desdibujada historia. Alfonso VI, rey de León, Castilla y Galicia, había nacido en 1043 en Santiago, y falleció en Toledo el 1 de julio de 1109.
Pues a esta Zaida es a la mujer que ha querido homenajear con su cuidado espectáculo nuestra bailarina Safiya Aisha y su grupo. Aunque lo hizo el viernes 7 en la Noche Blanca de la Plaza Mayor; el sábado 8 en el Teatro Quijano, y el domingo 9 en la Ermita de Alarcos (Recreando la batalla de Alarcos del 19 de julio de 1195, con victoria de los almohades), nos referiremos especialmente al espectáculo del Teatro Quijano.
Muy cuidada la música del grupo especialista (‘Fernando Depiaggi Ensamble Árabe’), formado por Ahmed Henkesh (Egipto) en percusiones, darbuka, crótalos, sombati y duff; Salma Montse Vives (Elche, Alicante) al laúd árabe y violoncelo, y Fernando Depiaggi (Argentina y España), con la Nai o flauta árabe de caña, y percusiones. Todo un concierto de música árabe en sí mismo, es cierto. Pero igual de escrupulosa fue la selección de músicas en playback, entre las que se incluyó el Adagio de Albinoni cantado en árabe.
El grupo instrumental de Fernando Depiaggi interpretó en solitario dos o tres números, amén de otros con Safiya y el cuerpo de baile. Pero nuestra artista en particular bordó ocho piezas distintas y hermosas, y quizá la más llamativa fuese la ‘Danza Sufí’ que cerró tan meritoria actuación. Esta danza tuvo una duración de 10 minutos de giro continuo, si bien Safiya reconoce que, durante su preparación, ha llegado a sesiones de dos horas enteras de ‘giro sufí’.
Otras seis piezas de danza oriental estuvieron a cargo de parte o de todo el cuerpo de baile, con sables y vestidos-abanico incluidos. Que en el transcurso de la hora y media ininterrumpida de función, fueron alternándose con elegantes intervenciones autobiográficas –en escena y en off- de la reina Zaida, personalizada espléndidamente por la actriz Ivi Verdejo… Resultó una velada con muy altas dosis de emoción…
SAFIYA VERSUS MARÍA JOSÉ
Ya hemos reflexionado en otras ocasiones sobre el hecho de que casi todo lo bueno de este mundo nació en Oriente… música, especias, frutas, vino, café, té, perfumes… y hasta un cierto pensamiento, que reaccionó con nuestra cultura grecolatina… Pero también la danza, que ha venido conservándose en Oriente como un auténtico tesoro desde tiempos inmemoriales.
Tal vez como reminiscencia de la ciudad de las tres culturas -la imperial Toledo-, de la vecina ciudad condal de Orgaz nos vino la sorpresa. Un buen día María José Sánchez-Diezma Martín de la Torre (Safiya Aisha) decidió venir a estudiar Ingeniero Técnico Agrícola (EUITA) en Ciudad Real. Y aquí terminó afincándose, aunque decidió cambiar la besana y la cultura del agro, por unas danzas doblemente atractivas y exóticas, llegadas del lejano Oriente.
Y es que, gracias a una amiga de la familia, egipcia de nacimiento, el veneno de la danza ya se había inoculado en su cuerpo. Tras algunos trabajos que simultaneaba con los estudios, decidió entrar en contacto en Madrid con Mohamed Shokry, uno de los pioneros de este baile en España. Pero nuestra Safiya adquirió formación de otros maestros y maestras españolas, egipcias, libanesas, y sobre todo con el argentino Amir Thaleb, director del “Arabian Dance School” de Buenos Aires.
Safiya, el Alter Ego artístico de Mª José Sánchez-Diezma, es bailarina y profesora de Danza Oriental en Danzas Árabes, con una trayectoria que llega este 2019 a su 20 aniversario. Pionera en su formación profesional en Ciudad Real, es la directora de la primera Escuela profesional especializada en danzas árabes de Ciudad Real SaishA Danza. Además de Organizadora y Productora del Festival Internacional de Danzas Árabes, EDANZAR – Belly Araks.
DEDICACIÓN INTEGRAL
Esta Productora de espectáculos de Artes Escénicas Profesionales está titulada en Ingeniería T. Agrícola, como hemos dicho. Pero es también Auditor Medioambiental, cursa estudios combinados de danza oriental, folclore árabe, ritmología y maqams de la música árabe… de psicopedagogía, antropología y anatomía de la Danza, postgrado en Gestión Cultural… Para qué más… Aunque es proverbial su entrega al trabajo cada día, incluso antes, durante y después del nacimiento de sus dos preciosas gemelas.
Dentro de su amplia trayectoria como bailarina y profesora nacional, cabe destacar su participación en el EIDA de Amir Thaleb, en Buenos Aires (Argentina) como invitada de honor española, bailando en directo con el maestro Mario Kirlis y su orquesta, siendo así la primera bailarina de Castilla-La Mancha en representar a España, en uno de los mayores festivales del mundo de las Danzas Árabes.
Safiya es también creadora y diseñadora de vestuario para la danza oriental profesional, en SaishA Colección. Y entre sus últimas producciones de artes escénicas, cabe destacar:
Cervantes el cautivo de Argel. (incluido en las Artes Escénicas Profesionales de la JCCM, y en el Programa ‘400 Cervantes’ del Ministerio de Cultura).
La bailarina de los pies desnudos. Con poesías escritas por ella misma.
Estados del alma: yo Mujer, y
Zaida, la mora reina de Castilla, su por el momento última producción.
En todas sus producciones, Safiya Aisha se encarga completamente de la realización: guion, adaptación, escenografía y escenografía virtual, música y edición, diseño y realización de vestuario, documentación histórica (en algunos casos muy laboriosa) y, por supuesto, de la coreografía.
ZAIDA LA MORA
Pero conozcamos algo más de esta princesa y luego reina Zaida. Su nacimiento debió de producirse hacia 1063 en Al-Ándalus. Su origen y sus relaciones amorosas con Alfonso VI, han sido objeto de interpretaciones contradictorias, comenzando por calificarla de hija del rey Muhámmad ibn ‘Abbad al-Mu’tamid de Sevilla, y continuando con la supuesta dote que trajo consigo para su matrimonio con el rey (un total de 10 fortalezas en el camino de Córdoba a Toledo, entre ellas Alarcos), que la historiografía no ha confirmado.
Contemporánea del Cid, parece que sobre ella se escribió El cantar de la Mora Zaida, del cual apenas quedan vestigios, a diferencia del valioso Romancero del Cid. De todas formas, olvidada o escasamente recordada, lo que parece haber sido sin lugar a dudas, es una mujer culta, hábil estratega, luchadora y sufridora, y desde luego el nexo de unión entre dos culturas, en el declive de la etapa más culta y rica de la antigua Al-Ándalus.
Las primeras informaciones verídicas sobre la vida de Zaida las proporciona la crónica árabe Al-bayan al-mugrip de Ibn Idari, traducida por E. Lévi-Provençal. Esta crónica, escrita en el año 1306, y hallada en los inicios del siglo XX en la mezquita al-Kasawiyin de Fez, dice que se casó con Abu Nasr Al-Fath al-Ma’mun, rey de la taifa de Córdoba, hijo del rey sevillano Muhámmad ibn ‘Abbad al-Mu’tamid (1040-1095), y muerto en el asedio de Almodóvar del Río. Por lo tanto, también según el obispo Pelayo de Oviedo, Zaida sería nuera, y no hija del rey de Sevilla.
DE CÓRDOBA A TOLEDO
En junio de 1090 los almorávides (tercer desembarco) entran en Sevilla enviando al exilio a su rey. Al-Mu’tamid pide ayuda a Alfonso VI, poniendo a su familia a salvo en el castillo de Almodóvar del Río. En verano de 1091 Alfonso VI, que recibía las parias de la taifa de Sevilla, intenta protegerlo enviando un ejército de socorro a Almodóvar del Río, al mando de Alvar Fáñez, Tras una cruenta batalla contra los almorávides, y numerosas bajas por ambas partes, Alvar Fáñez se retira hacia Castilla.
Zaida debió llegar a la corte de Toledo con Alvar Fáñez, donde fue acogida por Alfonso VI, y con quien casó tras convertirse ésta al cristianismo y adoptar el nombre de Isabel, aunque puede que Zaida fuese concubina antes que esposa. En la crónica De rebus Hispaniae, del arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada, se cuenta entre las esposas de Alfonso VI (Inés, Constanza, Berta, Isabel y Beatriz), y las concubinas Jimena y Zaida. Pero la Crónica najerense y el Chronicon mundi indican que Zaida fue concubina y no esposa de Alfonso VI.
Otras fuentes dicen que Zaida se acomodó en la corte leonesa, renunció al islam, y se bautizó en Burgos con el nombre de Isabel. Conservó todas sus costumbres, las difundió, e introdujo nuevos y frescos aires culturales de la sociedad musulmana. El arabista Ángel González Palencia escribe que la corte de Alfonso VI, casado con Zaida, parecía una corte musulmana: “sabios y literatos muslimes… la moneda se acuñaba en tipos semejantes a los árabes, los cristianos vestían a usanza mora, y hasta los clérigos mozárabes de Toledo hablaban familiarmente el árabe, y conocían muy poco el latín…”.
Jaime de Salazar y Acha sostiene que Zaida fue primero su concubina y en tal fecha concibió a su hijo Sancho. El 14 de mayo de 1100 Alfonso se casa con Zaida, bautizada como Isabel, para legitimar a su hijo Sancho Alfónsez, muerto en la batalla de Uclés en 1108.
SEPULTURA DE ZAIDA
El rey Alfonso VI quiso que los restos mortales de Zaida descansaran en el mismo lugar que había destinado para él, sus reinas e hijos, y por ello, en el Monasterio de San Benito de Sahagún. El periodista, e historiador José María Quadrado Nieto (1819-1896), en sus Recuerdos y bellezas de España, dice que “en Sahagún descansa en túmulo alto el rey, y debajo de una sencilla lápida Isabel y el joven Sancho, su hijo”.
Y según el académico e historiador Elías Gago Rabanal, en la lápida del monasterio de Sahagún que cubría los restos de Zaida, aparecía la inscripción afirmándolo. Pero en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León se conserva otra lápida, con epitafio en latín, que asegura estar allí enterrada la Reina Isabel, antes llamada Zaida. Parece obvio pensar, y así lo afirma Henrique Flórez, que primero recibió sepultura donde falleció, y después fuera trasladada a Sahagún.
El sepulcro que contenía los restos de Alfonso VI fue destruido en 1810, durante el incendio del Monasterio de San Benito. Los restos mortales del rey y los de varias de sus esposas, entre ellos los de Zaida, fueron recogidos y conservados en la cámara abacial hasta el año 1821, en que fueron expulsados los religiosos del monasterio. Cuando el monasterio de San Benito fue desamortizado en 1835, los religiosos entregaron las cajas con los restos reales al pariente de un religioso, que las ocultó. En 1902 fueron halladas por el catedrático del Instituto de Zamora Rodrigo Fernández Núñez.
SU RECUERDO VIVE
En la actualidad, los restos mortales de Alfonso VI reposan en el Monasterio de Benedictinas de Sahagún, a los pies del templo, y en un sepulcro cercano, yacen los restos de varias de las esposas del rey, entre ellos los atribuidos a Zaida. Los restos que se conservan de la reina Zaida dictaminan que tenía una estatura de 152,6 cm. Y los especialistas llegaron a la conclusión de que en el momento de su muerte debía tener unos 30 años, de lo que se deduce que debió nacer hacia 1063, muriendo de postparto.
Cuenca quiso reconocer a la ‘Princesa Zaida’, que de una u otra forma influyó en su historia, y el Ayuntamiento siendo alcalde Bernardino Moreno Cañadas le otorgó una calle (16 de febrero de 1959), en el Polígono de Los Moralejos (hoy calle céntrica de Cuenca). Y también en Madrid (Carabanchel), dispone la princesa y reina Zaida de una calle desde el 14 de julio de 1950, siendo alcalde el Conde Santamarta de Babio. Finalmente, hay una calle ‘Zaida’ en Arboleas (Almería, Barrio de La Perla), y una ‘Reina Zaida’ en la ciudad de León. Al menos ahí quedará su memoria.