La nueva novela de Nando J. López tiene un “título trampa”, avisa el escritor madrileño, ya que a lo mejor la nostalgia que atrapa se basa en una mentira y “realmente las cosas no fueron tan fáciles como creemos”. El título juega con el doble sentido porque, en realidad, “nunca fue nada fácil”, a nivel personal, ni crecer ni buscarte como persona aunque se recuerden de forma idílica etapas como la infancia o la adolescencia, y, a nivel social, alude al período de “supuesta opulencia” en el que en este país parecía que todo era sencillo y había más dinero, hasta que de repente dejó de haberlo y se reveló la foto de una “corrupción terrible” y una tremenda crisis.
En su última entrega, ‘Cuando todo era fácil’, López hace un ajuste de cuentas con el pasado e ironiza sobre el sentimiento nostálgico “antes de tiempo” de su generación que, en lugar de a la rebeldía, puede conducir al conformismo. El thriller y la reflexión emocional son dos de los ingredientes esenciales de esta novela protagonizada por una persona que se enfrenta a la ‘crisis de los 40’ y, tras residir durante mucho tiempo en EEUU, regresa a su ciudad natal, Madrid, donde espera presenciar la ‘foto fija’ idealizada de lo que recuerda correspondiente con quince años atrás y que “choca con lo que se va a encontrar”.
El tortazo mental que se da es de campeonato. Es una “caída bastante dura, y más aún porque todo el conflicto que tiene, esa crisis, se ve agravada cuando se ve envuelto en un crimen que sucede muy cerca donde él se halla, en una fiesta con sus amigos, y su propósito de reflexionar y hacer introspección se ve truncado porque está metido en una investigación criminal que le supera”, indica López, que confiesa que la insatisfacción es uno de los grandes temas de la novela. Hay un momento en el que el propio protagonista, Óscar, dice que le preocupa mucho la insuficiencia de la vida, ya que le parece que “todo siempre es insuficiente, nunca nos vale ni estamos contentos con lo que tenemos”, aprecia el autor madrileño, que señala que es una novela en la que “hay una constante búsqueda de esa felicidad que se les escapa a los personajes porque no se dan cuenta de que a veces la están perdiendo por no fijarse en lo que tienen alrededor”.
La amistad es otro de los ejes fundamentales de este libro. “Quería hablar de cómo las relaciones nos construyen, sobre todo las de amistad. Hasta qué punto nos influyen en nuestra vida y hasta qué punto la hemos descuidado o trivializado con las redes sociales, convirtiéndolas en otra cosa”. Entre las cuestiones que plantea la novela, se encuentra la de “si esa especie de exhibición que vivimos en instagram, twitter o facebook no nos está haciendo olvidar el diálogo más sincero y abierto”, teniendo la sensación de estar “rodeados de amigos que luego no son reales” y estando muy solos en una sociedad donde, al mismo tiempo, “está muy mal visto no encontrarse bien y la felicidad es casi exigida”. Esto les sucede a los personajes de ‘Cuando todo era fácil’, que están en una constante contradicción entre lo que siente y tienen que contar, señala el autor de una novela que, en relación con estos aspectos, “trata de quitar muchas máscaras” y que confiesa que más de un lector le ha dicho que ha disfrutado del libro pero, al mismo tiempo, “le ha dolido y le ha parecido incómodo porque se ha visto reflejado”.
Vasos después de una fiesta que se pueden ver medio llenos o medio vacíos ilustran la cubierta de una novela en la que todos los personajes están a punto de cumplir los 40 y hacen balance de lo que están viviendo, planteándose cada uno la realidad desde una óptica diferente. “Un balance sobre si la vida que estás llevando es la que quieres llevar, hasta qué punto te has traicionado y si hemos malvendido algunos ideales que no deberíamos malvender”, expone López, quien cree en las segundas oportunidades hasta el punto de que si no las hay, hay que buscarlas y “nos las tenemos que pelear”.
El existencialismo tiene hueco en la novela pero hay que encontrarlo. “La idea es que el lector lo busque con el protagonista, haga el recorrido y busque dónde pueden tener un lugar de calma para reflexionar y pensar. Pero no se lo van a poner fácil, al igual que en la vida real que no tenemos esos huecos y la vida sucede más rápida de lo que nos gustaría”, avisa el escritor.