Hacer malabares con la conciliación, ocuparse de los niños, el trabajo, la casa y los innumerables obstáculos que plantea la vida diaria pasa factura también a la vida sexual de los ciudadrealeños, igual que les ocurre al resto de los españoles, lo que provoca que sea necesario buscar alternativas que mejoren la calidad de la sexualidad de muchas parejas.
Este es uno de los principales motivos que llevan a muchos sexólogos a defender la necesidad de dejar un hueco en la agenda para la sexualidad, al menos, dos veces en semana.
“No se trata de programar las relaciones sexuales, porque eso también podría ser contraproducente, sino de garantizarnos que vamos a tener un tiempo para dedicar a nuestra pareja, que puede culminar con el acto sexual o no, pero que permita a ambos miembros disfrutar de algo tan natural como es nuestra sexualidad”, explica a LANZA la sexóloga ciudadrealeña Ana Belén Rodríguez.
Esa falta de tiempo y de dedicación a la sexualidad, “que es algo mucho más amplio que lo que se conoce como ‘coitocentrismo’ o el acto sexual como fin último obviando el resto de prácticas igualmente placenteras”, es uno de los motivos que acaban llevando a muchos ciudadrealeños a su consulta en el centro SEES -ubicado en la calle Tetuán 2-, que se especializa en sexualidad y relaciones de parejas.
En este sentido, destaca que mientras que vamos al médico si tenemos cualquier dolencia o al dentista si aparece una caries, por poner dos ejemplos, la sexualidad “que viene de serie en nosotros” es algo que no cuidamos tanto, le prestamos poca atención y que se deja para lo último, a pesar de que nos puede dar muchas satisfacciones y ayudar a mejorar nuestro día a día, mientras que una ausencia de una vida sexual y activa puede provocar desde ansiedad hasta otros problemas.
Entre los consejos que ofrece a sus clientes, y a los lectores que se sientan identificados, para revertir la situación -ya que un terapeuta no trabaja para dar una solución sino para que cada cliente encuentre la suya propia- Ana Belén Rodríguez propone hacer una autoevaluación, en primer lugar, para que cada uno determine qué está haciendo para cuidar su relación sexual.
“Es fundamental la cercanía y el contacto físico, un roce, un beso, una caricia, cogerse de la mano o mirarse a los ojos. Pero también la comunicación que es uno de los pilares de una vida sexual satisfactoria y es importante la confianza de hablar con el otro sobre lo que nos gusta o no. Por eso es necesario ese análisis previo”.
Asimismo, la terapeuta defiende que el deseo sexual “parte de uno mismo, aunque tengas pareja”, por eso aconseja disfrutar con herramientas sencillas que van desde la literatura erótica hasta la masturbación, pasando por cine o juguetes eróticos. “Si mantienes activo tu cuerpo y erotizada tu mente, es más sencillo”.
Pero a todo ello hay que añadir, como un pilar fundamental, la autoestima ya que en su opinión, si el hombre o la mujer no se valora y se cuida, es complicado que la pareja la vea más allá de que el otro es el padre o la madre de sus hijos y no el o la amante que debe ser también.
“La sexualidad debe seguir más allá de la maternidad y la paternidad, aunque sea más complicado por el cansancio o la falta de tiempo ya que convertirnos en padres no debe hacer desaparecer la pareja”, agrega.
Para Rodríguez, que subraya que el deseo no se mantiene vivo solo con el amor sino que hay que estimularlo y cultivarlo diariamente evitando la rutina, “debemos tener claro que para disfrutar de una sexualidad plena en pareja son necesarios pequeños gestos cotidianos y no grandes fantasías llevadas a la práctica. Que si se hacen, está muy bien, pero si no puede ser, en el día a día es sencillo si hay voluntad. Tenemos que seducir constantemente a nuestra pareja y eso conlleva esfuerzo y dedicarse un tiempo”.
Falsos mitos y tabúes
En base a su experiencia con clientes de toda la provincia con edades de entre 30 y 50 años -aunque hay algunos más jóvenes o mayores- sin que haya una diferencia especial de sexos, Ana Belén considera que los problemas para el desarrollo de una sexualidad plena, además de esa falta de tiempo y de atención, tienen la raíz mucho más honda, concretamente en una falta de educación sexual desde edades infantiles.
“Parece que la sexualidad comienza en la adolescencia porque ahí es cuando se revolucionan las hormonas, pero desde pequeño comienza a desarrollarse la identidad sexual. Tenemos que comprender que la sexualidad es inherente al ser humano, que desde que se forman nuestros órganos sexuales en el útero materno somos seres sexuados y que es lo más natural del mundo”.
La sexóloga destaca que la sexualidad no es un tema del que realmente se esté acostumbrado a hablar “pese a lo que se puede creer” y, de hecho, muchos de los clientes que llegan a su consulta le reconocen que es la primera persona con la que comparten abiertamente sus problemas sexuales.
Ese “temor” a comunicarse abiertamente sobre el sexo lleva, en opinión de Ana Belén Rodríguez, a que se perpetúen en el tiempo tabúes y falsos mitos que prácticamente son los mismos en madres que en hijas y en padres que en hijos.
Por ejemplo, agrega en una entrevista concedida a este semanario, para la mujer el mayor tabú es el de la masturbación porque, pese a que las mujeres se masturban, tienen un cierto temor o pudor a la hora de hablar de ello.
Asimismo, también tienen reticencia en muchas ocasiones, y en este caso es una combinación de tabú y falso mito, a tomar las riendas en la relación sexual, por lo que se deja toda la responsabilidad del placer en manos del hombre, del que se da por hecho que tiene que saber cómo satisfacer a la mujer.
“Tanto en el tema de la masturbación como en el del empoderamiento en el sexo, el tabú creo que tiene relación en la mayoría de los casos con esa doble moral que siempre afecta a la mujer: Yo tengo que estar empoderada pero si me muestro muy activa en el sexo me pueden poner etiquetas. Debe quedar claro que la mujer tiene el único órgano del cuerpo diseñado para el placer y nosotras debemos ser responsables de nuestro placer en el sentido de que, si nuestra pareja no sabe cómo complacernos en un momento dado, debemos tomar las riendas”.
Otro falso mito sobre el sexo que afecta notablemente a las ciudadrealeñas, en opinión de Rodríguez y en base siempre a la experiencia con sus clientes, es que toda relación sexual debe culminar en el orgasmo. “Es falso, porque la fase de la respuesta sexual del orgasmo al final también tiene un componente psicológico y de lo que se trata es de disfrutar durante toda la práctica sexual. Lo que importa en el sexo es el placer y no es lo más importante cómo se obtenga” añade la terapeuta, quien agrega que si la mujer se obsesiona con llegar siempre al orgasmo, lo que se conseguirá es frustración.
Por lo que se refiere a los falsos mitos que más afectan a los ciudadrealeños, la sexóloga sitúa en primer lugar el de que el hombre siempre está dispuesto para el sexo, como si fuera una máquina que no tuviera preocupaciones.
“Es un falso mito que lleva a que muchos de mis clientes sean hombres. Cuando parece que el hombre no puede fallar y que ha de estar siempre listo, una dificultad en la erección se convierte para ellos en un problema grave. Llega a ser un drama pese a que es algo que puede ocurrir con 20, con 30 o con 40 años, sin tener en cuenta los casos en los que haya algún problema fisiológico”.
Falsos mitos en el sexo que, de nuevo, la sexóloga atribuye a la falta de educación sexual en la sociedad. Una formación que serviría desde para aclarar las ideas de los adolescentes en el instituto hasta para prevenir la violencia afectiva y sexual, por poner dos ejemplos.
“Sin embargo sigue habiendo prejuicios en el sexo. A mi me cuesta que se programen talleres de sexualidad en los institutos porque padres y profesores creen que equivalen a hablar de porno y, hasta ahora, las únicas charlas bien acogidas son las de salud sexual para prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Están muy bien, pero se olvidan la necesidad de aclarar aspectos importantes a los adolescentes como, por ejemplo, cómo funciona el deseo de una chica o cómo gestionar la frustración un chico cuando su pareja no quiere” concluye Ana Belén Rodríguez, quien recomienda acudir a un sexólogo siempre que se tenga una deuda, “como se hace con otros médicos”, para evitar que se convierta en problemas.
Estimulando la imaginación
Un apartado muy importante en la vida sexual y erótica de las parejas, independientemente de su tipología o edad, es sin duda el estímulo físico pero también el de la imaginación por lo que para muchos ciudadrealeños las tiendas de juguetes eróticos son un aliado en la mejora de su sexualidad, propiciando el descubrimiento, incluso, de sensaciones que creían olvidadas o, incluso, no descubiertas aún.
Así lo asegura a este semanario Jesús Vinuesa, el responsable de la tienda erótica “Secreto erótico de mujer” que, pese a su nombre más femenino, ofrece una infinidad de posibilidades –incluso más específicas bajo pedido- para ambos sexos.
Vinuesa recuerda cómo se ha evolucionado en los últimos años desde aquellos sex shop más oscuros en los que a muchas personas les daba pudor entrar y lo hacía mayoritariamente el género masculino a las actuales tiendas eróticas en las que muchas veces es la mujer la que lleva a su pareja a encontrar nuevas ideas o juguetes con los que poner algo de “pimienta” a sus relaciones sexuales.
Vinuesa coincide con Rodríguez en que, siempre en líneas generales y en base a su experiencia con los clientes, los ciudadrealeños somos bastantes conservadores y aunque cada vez nos atrevemos más a experimentar con el sinfín de propuestas que hay en su tienda erótica, siguen siendo los productos más ‘tradicionales’ los que más éxito tienen, si bien en versión más moderna como, por ejemplo, “un lubricante vibrador” o los vibradores y ‘lenguas’ con los más sofisticados diseños.
Lo cierto es que Secreto Erótico de Mujer, que nació primero como un proyecto virtual para ver como funcionaba junto a su socia Gema García, tiene una gran variedad de productos que van desde, para los chicos, anillos vibradores, estimuladores de próstata, huevos masturbadores, vaginas, plug anales, entre otros; hasta, para chicas, vibradores, bolas chinas, lencería erótica, copas menstruales, cosmética erótica o productos de BDSM, “que por cierto se pusieron muy de moda con la trilogía de Grey pero no dejó de ser eso, una moda que revive un mes o mes y medio con el estreno de las películas, pero que luego desaparece excepto en quienes lo practican habitualmente”.
Lo más importante para Jesús Vinuesa es que no tiene un perfil definido de cliente, es decir, que los ciudadrealeños que se acercan a su tienda son desde gente joven que busca divertirse a grupos de amigos de mediana edad que han cambiado el típico regalo de ropa por un juguete erótico, “mucho más práctico, divertido y placentero” sonríe, pasando por parejas de más edad que buscan una salida que acabe con la monotonía en sus relaciones, “a veces como última alternativa y, aunque en ocasiones no funciona y finalmente se llega al divorcio, en otras muchas sí se ha salvado así el matrimonio y vuelven muchas veces reconociendo que el sexo es mejor incluso que cuando eran jóvenes”.
Para ello, aunque Jesús reconoce que no son psicólogos ni sexólogos y que en caso de que les planteen un problema les sugieren acudir a profesionales, estar al frente de un negocio erótico hace necesarias ciertas dotes de psicología y de escuchar al cliente para aconsejarle en lo que le puede resultar más satisfactorio en función de sus necesidades.
“Esa es nuestra prioridad, muy alejada de lo que ocurre en muchas reuniones ‘tuppersex’ en las que la prioridad es más vender que ofrecer lo adecuado al cliente. Para nosotros es importante su satisfacción, nunca mejor dicho”, bromea.
Y en vista de la opinión de estos profesionales, esto es lo que necesitan los ciudadrealeños: sacar algo más de tiempo de esta vorágine que supone la vida moderna, echarle imaginación e incluso descubrir nuevos juguetes… Y a disfrutar de la pareja.