La Policía Local de Ciudad Real le planta cara al ruido veraniego empezando por los ciclomotores, objeto de una campaña especial que ha empezado esta semana y durará todo el verano. Ya se han abierto cinco expedientes por infracciones graves (sobrepasar en seis decibelios el nivel de ruido permitido), aunque la mayor parte de los controlados, el 90 por ciento, cumplen las normas.
“No queremos multar a nadie, sino que la gente vaya bien y respete las normas”, explica el superintendente jefe de la Policía Municipal Fernando Díaz, que justifica la campaña por el nivel al que llegan las quejas por ruidos en verano: multiplican por siete las incidencias, sobre todo por la noche.
3 cuartas partes de las incidencias nocturnas
Este último jueves las tres cuartas partes de los avisos nocturnas atendidos por la Policía Local fueron por ruidos, que obedecen al desmadre generalizado en los meses de julio y agosto. Mucha gente no madruga, los niños no tienen colegio, se duerme con las ventanas abiertas y surgen los conflictos y las molestias.
Los ladridos de perro
Bares y terrazas son un foco tradicional de quejas a las que curiosamente se han unido en los últimos años los ladridos de perro, “tenemos decenas de llamadas de ciudadanos que no pueden dormir por la mascota de su vecino”.
En este ambiente general de relajación veraniega motos, ciclomotores y vehículos que circulan con la música a todo volumen son otro clásico. El Ayuntamiento de Ciudad Real, que tiene una de las ordenanzas de ruidos más intolerantes de España, no quiere que la situación se desborde por ahí, por lo que pide concienciación a los usuarios de moto y erradicar el escape libre.
Medidor y reglamento en mano
La medición y el resultado dependen de muchos condicionantes. Por regla general todas las motos y ciclomotores están homologados por el fabricante e industria que fija unos niveles de decibelios según el tipo y el modelo (el fabricante lo indica en una pegatina). Después hay que aplicar el reglamento de la Ley del Ruido y la ordenanza municipal que fija 90 decibelios como nivel más alto, sobrepasarlos en más de seis decibelios supone exponerse a una sanción, que si es grave acarrea una multa de entre 300 euros y 600 euros. Las muy graves pueden llegar a los 900.
Diez días para corregir
La multa no es automática si se detecta una infracción se da un plazo al conductor de diez días para que la subsane y se archiva la sanción, “de lo que se trata es de que la gente circule de forma correcta”, insiste el superintendente.
La campaña, que ha empezado por los ciclomotores, se extenderá con controles aleatorios a motocicletas y quads. La Policía Local también hará inspecciones en las flotas de ciclomotores de establecimientos de comida a domicilio o mensajería.