La Fiscalía de Ciudad Real pide cinco años de cárcel y cuatro años de inhabilitación especial en el ejercicio del cargo para el guardia civil M.J.I.C., por no tramitar la denuncia de una maltratada e intentar rebajar el riesgo que sufría la mujer, al ser víctima de malos tratos por parte de otro agente, compañero del imputado.
El procesado será juzgado en la sección segunda de la Audiencia provincial los días 13 y 14 de junio, y se enfrenta a dos delitos, uno de omisión del deber de perseguir delitos, y otro de falsedad documental, por intentar proteger a su compañero cuando estaba destinado en el cuartel de Bolaños de Calatrava
Según el escrito del ministerio público, los hechos ocurrieron entre los días 18 y 28 de septiembre de 2018, cuando la S.M.A.G., la víctima, acudió a las dependencias policiales para tramitar una denuncia por una presunta agresión física que había recibido de M.C.B., su ex pareja sentimental y compañero de profesión del acusado.
Al parecer, tras relatar dicho ataque, además de unas pintadas en el coche de la mujer, al procesado, agente de guardia en ese momento, éste, no procedió a recoger la denuncia ni a abrir de oficio diligencias, aún “obligado por razón de su puesto y ante el conocimiento de la eventual perpetración de un delito de violencia de género”.
Es más, escribió unos mensajes de whatsapp a la mujer en los que se mostraba como un mediador ante un asunto tan grave, incluso a favor del victimario. “Ayer estabas muy alterada, mucho, el martes de feria y las otras veces no”, “yo estoy intentando ayudar a los dos, y al final me va a costar una relación de amistad”, “no puedo estar con los dos». “Ayer ayudé al que en principio tenía más peligro”, “y el martes te pegó un pellizco en mitad de la feria y no estabas así”, “estoy siempre para los dos, pero no me puedo partir por la mitad, pues no”, escribió a la mujer.
A los cuatro meses, S.M.A.G. interpuso una denuncia penal contra su ex pareja sentimental, con la particularidad de que el seguimiento del caso fue encargado al imputado, que no pidió ser apartado del caso (no consta) “dada la aparente relación de amistad tanto con S.M.A.G. como con M.C.B.”.
Incluso el procesado llegó a alterar de “manera deliberada” el nivel de riesgo de la víctima/denunciante a través de un cuestionario. El 16 de enero de ese año, la mujer se sometió a una primera valoración a las 13:00 horas, con un resultado de “riesgo medio”, mientras que un minuto más tarde, a las 13,01 horas, el acusado hizo otra valoración, tras alterar las respuestas, y salió un balance de “no apreciado”.
Por estos hechos, el procesado se enfrenta a cinco años de prisión, uno por el delito de omisión del deber de perseguir delitos, y cuatro por el delito de falsedad documental, además de cuatro años de inhabilitación especial para el ejercicio del cargo (uno por el primer delito y tres por el segundo).