Uno de los poblados ibéricos más antiguos de la región, datado en el siglo V a.C., sale a la luz gracias al estudio realizado por Víctor Fernández Martínez, quien dirigió desde 1984 a 1991, primero en colaboración con Gonzalo Ruíz Zapatero y Martín Almagro Gorbea, y más tarde con Emilio Hornero del Castillo, las excavaciones del Cerro de las Nieves de Pedro Muñoz, cuyas conclusiones se exponen ahora en un libro, publicado por el Instituto de Estudios Manchegos.
La presentación de este trabajo ha tenido lugar en el Museo de la Merced en torno a un acto organizado por la Asociación de Amigos del Museo de Ciudad Real- Convento de la Merced. Un trabajo gracias al que ahora sabemos cómo era entonces La Mancha y cómo vivían sus gentes en un período que marca el final de la prehistoria en torno al estudio de un yacimiento de más de 2.500 años de antigüedad.
La parte en la que se centraron las excavaciones, explica Fernández, fue la zona norte del poblado donde encontraron muchísimo material que demostraba la continuidad de este poblado situándolo entre los años 500 y 400 a.C, en la etapa final de Bronce. Concretamente, los trabajos se llevaron a cabo en la mitad del poblado, en torno a unos 600 metros cuadrados, de unos 1200.
Las investigaciones apuntan al desarrollo de estos poblados y la construcción de nuevos a medida que fue creciendo esta sociedad, incluso se desprende que en ese período se puede apreciar la complejidad de la misma, que pasó de ser igualitaria a, en un siglo, tener una parte rica y otra pobre.
“Encontramos casas grandes, bien organizadas, y a escasos 10 metros casas más pequeñas e iguales con menos cerámicas, e incluso un pequeño taller que parece ser de fundición de bronce por todos los materiales metálicos encontrados”, expone.
Materiales que también han sido estudiados utilizando además metodologías modernas como carbono 14 o rayos X, un estudio que también se incluye en el libro como un cd adjunto.
Se trataba, explica Fernández, de un poblado pequeño, pero muy antiguo, que fue abandonado, y cuyas causas desconocemos, aunque muy poco tiempo después, señala, tuvo lugar la entrada al interior de la península de los fenicios y el inicio de las guerras con los romanos.
Una parte de la historia que ahora ve la luz y que permanecerá en la memoria gracias al trabajo de este investigador del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid, ya jubilado, cuya tesis desarrolló en el Sur de Egipto, en la zona del Nilo Azul, un enamorado de África donde abordó gran parte de su trabajo.