Uno de los fenómenos que se está dando por seguro, como una de las consecuencias sociológicas de la pandemia del coronavirus, es la vuelta al pueblo este verano de muchas familias que hace años emigraron a las grandes ciudades y a las capitales de provincia, y de sus descendientes, lo que daría una nueva vitalidad a las zonas rurales de provincias como Ciudad Real.
Todo está por ver, si los pueblos se convierten en lugares refugio frente el coronavirus. Los meses de julio y agosto, los tradicionales de las vacaciones veraniegas, son el tiempo en el que los pueblos recuperan vida a caballo de las fiestas locales, los actos al aire libre, como romerías o las piscinas municipales o las zonas de baño naturales.
Hay una clara tendencia ahora a dar por hecho que las poblaciones de los medianos o pequeños núcleos urbanos van a superar con creces su población con respecto a lo que ha ocurrido en veranos pasados por mor de una supuesta huida del virus.
De partida, un punto de referencia son las imágenes de televisión que reflejan playas abarrotadas antes del final del estado de alarma y después del estado de alarma, lo cual plantea incógnitas sobre lo que piensa la gente.
El final del estado de alarma, este pasado fin de semana, ha provocado un generalizado movimiento de personas, básicamente relacionado con el reencuentro familiar, después de prácticamente cuatro meses de familias separadas por el confinamiento
Ese ha sido el motivo de muchos desplazamientos a los pueblos de la provincia, tal como señala la alcaldesa de Terrinches, Ana García, quien indica que este pasado fin de semana se ha notado la presencia de mucha gente que vive fuera –centro y este de España- y que, en la mayoría de los casos, ya han vuelto a sus residencias habituales.
Algo parecido ha ocurrido en Fontanarejo, a unos 70 kilómetros de la capital, donde familias de Ciudad Real capital tienen una segunda residencia y han aprovechado el primer fin de semana sin restricciones para pasarlo allí y, pasado éste, han vuelto a sus casas, según cuenta su alcaldesa, María Juliana Alcaide.
La alcaldesa de Almadén, Carmen Montes, asegura que sí se puede ver que ha llegado más gente al pueblo, pero tampoco en una cantidad llamativa. “Son –dice-, en buena medida, personas mayores, que han venido a limpiar sus casas en el pueblo”.
El alcalde de Montiel, Raúl Valero, asegura que, en estos últimas días, sí se ha notado la llegada de personas a la población y a otras de la zona y añade que “esperamos más afluencia” a lo largo del verano”.
Según generaciones
La alcaldesa de Almadén apunta una separación generacional para calibrar la posible incidencia de visitas durante el verano. En la mayoría de localidades se han cerrado las piscinas municipales y se han suspendido las fiestas locales, lo que hará que la gente más joven busque otras zonas para pasar un verano más divertido.
Montes señala que está recibiendo llamadas de gente que vive fuera de la localidad que le pregunta por cómo está la situación en la población con el coronavirus, gente que, en su mayoría, indica, son mayores.
La alcaldesa de Fontanarejo aporta un dato en esta dirección. Además de las personas de Ciudad Real que tienen su segunda casa en el pueblo, también han llegado allí otro grupo de personas que viven en Madrid que han dejado a los hijos con los abuelos, mientras los padres se han vuelto al trabajo en sus lugares de trabajo y residencia.
Valero, alcalde de Montiel, señala otro dato para la llegada de gente nueva a las zonas rurales: el turismo. Cuenta que el propietario de una casa rural del pueblo le comentaba hace pocos días que había tenido que devolver todo el dinero de las reservas durante la época del confinamiento, pero que ahora tenía la instalación ocupada todos los fines de semana hasta el 15 de septiembre.
Servicios
La población puede crecer en ese tiempo de verano, si se mantiene el porcentaje de otros años, entre 300-400 habitantes hasta casi los 1.000, aunque el caso de Fontanarejo, esos 100 vecinos más que calcula la alcaldesa -tiene ahora algo más de 250 vecinos-, supondrían un crecimiento del 50 por ciento de los habitantes durante este tiempo.
Esto todo por ver, pero todos entienden que la llegada de más gente no le descabalgaría la prestación de servicios básicos como el suministro de agua.
Montes asegura que el tema del agua está controlado en Almadén, mientras que el alcalde de Montiel asegura que con el manantial que abastece al pueblo, “Los Ojos de Montiel” se garantiza el abastecimiento, al igual que en Terrinches con los tres pozos de los que disponen.
La única población que podría plantear alguna dificultad sería Fontanarejo, que tendría que echar mano del pantano de Torre de Abraham llegado el caso, según fuera avanzando el verano.
Desde el punto de vista sanitario, todos también parecen tranquilos. En casos como Almadén, la plantilla del centro de especialidades tendrá cubierta su plantilla pese a las vacaciones, con las correspondientes sustituciones, considera su alcaldesa.
En Montiel, el alcalde Valero estima que el acuerdo que tienen con el Sescam que garantiza la presencia de UVI Vital con asistencia de enfermeros y una UVI normal garantiza dar respuesta a cualquier incidencia que se pueda presentar.
En Fontanarejo, el centro de salud de referencia está en Alcoba de los Montes y tienen asistencia médica tres días a la semana y asistencia de enfermería a diario. Cuenta que ha reclamado más atención, pero que le han dicho que esto es lo que hay y, en este sentido, espera que no haya ningún problema.

Precauciones
Las tres alcaldesas y el alcalde consultados, en todo caso, ante la posible llegada de gente en una cantidad que supere lo normal, mantienen la necesidad de guardar todas las medidas sanitarias y de distancia social para garantizar que no existan contagios en sus localidades.
La que expresa más temor es Alcaide, la alcaldesa de Fontanarejo, quien ha ordenado cerrar el parque, ante la falta de personal para desinfectarlo, y otros espacios públicos. Está a la espera de poder contratar a una persona para que pueda hacer esa tarea de limpieza.
Recogida de residuos
Por su parte, el gerente del Consorcio de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), Oscar Narros, indica que, en principio, no tiene previsto ningún plan especial para la recogida de un mayor volumen de residuos en las zonas más rurales de la provincia.
“Nosotros actuamos a demanda de los Ayuntamientos”, dice y, por ahora, no hay ninguna petición especial que se les haya realizado.
Eso sí, todos los veranos, hay tres localidades que requieren una atención especial, Villarrubia de los Ojos, Piedrabuena –por la presencia de personas en la zona residencial y recreativa de La Tabla de la Yedra- y Almagro, durante el Festival Internacional de Teatro, que este año ha visto reducida su duración por la crisis sanitaria.
Nada anormal en las farmacias
Por ahora, la presencia de más personas tampoco se ha notado en la dispensa de medicamentos en las farmacias. Así lo cuenta Teresa Bermejo, titular de una oficina en Piedrabuena.
Puede que haya habido algún cliente más en estos días, pero, señala, solo se podrá ver si ha habido más afluencia cuando se pasen los meses de julio y agosto.
Señala que durante la etapa del confinamiento las ventas se vinieron abajo, y lo único que ha cambiado ahora es que esas ventas se están recuperando y volviendo a la normalidad.