Siguiendo la tradición y como cada veinticinco de mayo, festividad de San Urbano, desde que esta fiesta del voto fuese instaurada oficialmente en 1763, el pueblo de Ciudad Real, -con ausencia de la Corporación Municipal-, renovó el Voto a su Patrona, Santa María del Prado, con una solemne eucaristía presidida por el obispo de la diócesis, don Gerardo Melgar Viciosa con quien concelebraron alrededor de una decena de sacerdotes miembros del cabildo catedralicio, y que comenzaba a las ocho y media de la tarde.
Además de varios cientos de personas que por completo ocuparon el templo con motivo del novecientos treinta aniversario de la aparición de la imagen en la aldea de Pozuelo Seco, (25 de mayo de 1088), luego apellidada de don Gil, asistieron las damas de honor de la Santísima Virgen, así como su junta directiva, con el hermano mayor al frente, y una representación de diferentes hermandades y cofradías de la ciudad.
Durante la celebración eucarística, en el último día del secular novenario que con tal motivo se oficia cada año, intervino en la parte musical el coro ciudadrealeño de cámara “Vox Regis” interpretando con cuidada calidad bellas composiciones.
Homilía
Monseñor Melgar Viciosa comenzó su homilía recordando los orígenes históricos de esta fiesta del Voto del pueblo, y normalmente del Ayuntamiento, con motivo de la aparición de Santa María del Prado, en agradecimiento a su presencia y a los beneficios otorgados como consecuencia de dicho portento. “En este tiempo en que Dios es el gran olvidado, dijo el prelado, es bueno recordar la importancia que el Padre celestial y la Virgen tuvieron para nuestros antepasados”. Nos invitaba don Gerardo a acudir a María solicitando su protección y su amparo. Como breve resumen de las palabras de nuestro Obispo podemos decir, a tenor de sus frases conclusivas, que la celebración de la aparición de la Virgen del Prado, hace más de nueve siglos, nos debe hacer caer en la cuenta de la importancia que Dios debe tener en la vida de cada uno de nosotros.
Tras concluir la celebración litúrgica con el canto de la Salve en latín, se procedió al acto de entrega de una medalla de la Hermandad de Las Palmas a nuestra Patrona, y al de reconocimiento, por parte de la de la Virgen del Prado a diversa firmas comerciales que colaboraron en el cincuentenario de la Coronación Canónica de su titular.