La Universidad ha sido elemento esencial en la vertebración de nuestra comunidad autónoma y en la dotación de un servicio esencial para el acceso a la educación superior de muchos castellanomanchegos a la vez que impulso de la investigación regional. Ha consolidado fragmentos de ciudad en las localidades donde se ha implantado con arquitecturas cualificadas. Su crecimiento, que ha superado en muchas ocasiones las expectativas iniciales, plantea necesidades de revisión de su relación con la ciudad. Un proceso repetido en Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo.
En el caso de Ciudad Real, un campus universitario fragmentado en diferentes espacios: la zona de nueva creación comprendida entre la Avenida Camilo José Cela y la Avenida de los Descubrimientos, los edificios construidos en la etapa previa a la creación de la UCLM como Magisterio, Ingeniería Técnica Agrícola, o la Escuela de Informática, el espacio del Rectorado y Facultad de Derecho, la zona situada al otro lado de la vía del AVE y, ahora la nueva zona de la Facultad de Medicina.
El acceso desde la ciudad
La zona del campus situada entre la Avenida Camilo José Cela y la Avenida de los Descubrimientos concentra un conjunto de edificios de nueva planta tanto de docencia como de investigación a los que se accede por la calle Carlos López Bustos desde la prolongación de la calle Calatrava o a través de la calle Paseo de la Universidad. Unos accesos en un estado bastante lamentable especialmente en el que constituye el eje de la calle Calatrava. El antiguo solar del Instituto Juan de Ávila mantiene en su borde un cerramiento, con la presencia de un centro de trasformación y un espacio, ahora considerado aparcamiento de superficie, con un acerado que hace imposible el paso de personas. Las farolas hacen que la reducida acera permita apenas el paso de una persona. En ocasiones las costumbres nos llevan a aceptar como normal situaciones fuera de toda lógica y lejos de las más elementales exigencias como es el caso de este acceso al campus.
La ubicación del edificio destinado a IRICA Facultad de Químicas permite la alineación de la calle Calatrava hasta el encuentro con la avenida Camilo José Cela. Trasladado el edificio del Instituto a su nueva ubicación la actuación requiere ahora, esencialmente voluntad, proyecto e inversión. Probablemente la mejor solución debe ser la de la sencillez de los bordillos, aceras y arbolado. No sé si es desarrollo urbano sostenible, actuación provincial, municipal o de la propia Universidad, pero parece un proyecto necesario a incluir en la programación de inversión de la Universidad. Es un acceso esencial al campus que en el Plan General tenía una rotonda en el encuentro con la Ronda que podría revisarse en su diseño pero que necesita una actuación como puerta principal del acceso al campus universitario.
El campus de nueva planta
El espacio universitario original comprendido entre la Avenida Camilo José Cela y Avenida de los Descubrimientos fue urbanizado con una generosa aportación de la Diputación Provincial en los momentos de su creación definiendo viarios, aceras, abastecimiento de diferentes sistemas y vegetación. Una ordenación pensada por Antonio Fernández Alba que proyectó la mayoría de estos edificios. José Manuel González, aparejador que inició la actividad técnica en este campus, cuidó con especial dedicación su urbanización y sus instalaciones. Y una de sus consideraciones era el excesivo protagonismo que la vegetación había adquirido ocultando la realidad construida. Un tratamiento adecuado del arbolado con una poda acorde con los mismos sería bueno para el conjunto de esta zona. Y junto a ello la necesaria revisión de algunas de sus dotaciones: acerado, luminarias… El mantenimiento de los elementos de acerados, jardinería, señalización y rotulaciones son elementos que dan una imagen del campus con un nivel de abandono importante en ocasiones,
El espacio al otro lado de la vía del AVE
El desarrollo del campus y de diferentes proyectos de investigación y docencia hicieron necesario dar el salto al espacio situado al otro lado de la vía del AVE. El Plan General de Ordenación urbana de Ciudad Real había calificado para usos universitarios cerca de 400.000 metros de suelo de esa zona. Para gestionar ese suelo y ajustarlo a necesidades reales se firmó un convenio con la propiedad de estos cediendo la mitad de este a la UCLM con el compromiso de urbanizarlos, permitiendo una edificabilidad residencial en el resto de la zona.
Los problemas de la crisis urbanística han hecho que, afortunadamente, la promoción inmobiliaria quedase paralizada y con ello también la urbanización de la zona universitaria. En ese espacio que inició su ocupación el Laboratorio de Hidráulica han surgido diferentes construcciones en una situación urbanística compleja. Un edificio destinado a aulario múltiple, en parte ocupado por la facultad de Medicina, y una serie de laboratorios y edificios de investigación. La urbanización se limita al entorno de los edificios y al camino de Moledores que pasa entre ellos. Un espacio necesitado de ordenación y adecuación de accesos y condiciones urbanas acordes con el limitado uso de la zona especialmente cuando la Facultad de Medicina se traslade a su nueva ubicación. Viarios, iluminación adecuada y tratamientos generales de la zona parecen necesarios en estos espacios, de forma acorde con los usos previstos.
La unión peatonal del conjunto de un espacio educativo y deportivo
Los acuerdos municipales deben despejar lo antes posible la posibilidad de continuar la Avenida de los Descubrimientos hasta su salida a la carretera de Toledo. Una excelente oportunidad para hacer que el tráfico desde la carretera de Carrión a la de Toledo tenga una vía directa de comunicación.
Pero también una oportunidad para suprimir el tráfico por la calle Camilo José Cela que separa edificios del campus a ambos lados prolongando esta consideración a la zona deportiva y escolar. En el otro margen de la calle en la zona universitaria están los edificios del Instituto de Tecnologías Química y medioambiental (ITQUIMA), del Instituto Regional de Investigación (IRICA) o los Laboratorios y parte de la Facultad de Químicas. Sin ser servicios universitarios, diferentes servicios de cafeterías y bares que tienen una afluencia importante de alumnos. Un tránsito de personas intenso entre ambos márgenes de esta calle que aconseja su transformación en espacio peatonal.
Si este tratamiento se continuase en el recorrido del eje que pasa por delante de las instalaciones deportivas municipales y conjuntos escolares de la zona tendríamos un espacio urbano cualificado para estos usos. De esta forma se unirían en un espacio para los peatones las instalaciones universitarias con las deportivas y escolares de la zona creando un espacio amable en esta localización de la ciudad. Actuaciones que tienen más de voluntades y decisiones de gestión que de grandes inversiones pero que serían buenas para cualificar el conjunto del campus universitario y con ello de una parte importante de la ciudad.
La Universidad necesita también adecuar su relación física con la ciudad, mejorar sus accesos y la urbanización de su entorno como imagen de su realidad y como ámbito ciudadano cualificado.
