“Unos tienen unos cantos más metálicos, otros más huecos, unos sacan a relucir más floreos y otros tienen una planilla más completa, mientras que otros carecen de diferentes notas y se enriquecen más en las otras para sumar puntuación. Hay mucha variedad”, describen los criadores concursantes en esta competición de carácter nacional organizada por la Asociación Timbrado Alarcos de Ciudad Real.

De campana, agua lenta, floreo, floreo lento, castañuelas,…, son distintos los tipos de canto de los concursantes que emulan lo que escuchan. Con treinta días, se separa al canario de sus padres y se le pone audios, para que se vaya ‘quedando con la copla’, hasta aproximadamente mediados de octubre, cuando tiene seis o siete meses, que ya se hace adulto y “cierra el cante”, “ya tienen la canción hecha”, comenta Miguel Ángel Márquez, criador de canarios, que indica que a partir de ese momento se prepara para concursar, sacándolo todos los días en distintos sitios para que “se acostumbre a ver a la gente, vaya dando cada vez más notas, rindiendo más, hasta que se hace el pájaro por completo” y ya va a los concursos sin reparos a desplegar su repertorio.

En individual, a dúo o por equipos de cuatro, con cinco premios en cada categoría, compiten unos doscientos cincuenta canarios en este concurso. Mucho tiempo y dedicación conlleva preparar a los concursantes por parte de los criadores, en cuyas casas no faltan trinos ni gorjeos, “todo el día de marcha”, aunque son las notas y cantos que les gustan, las que les han enseñado desde pequeños a los canarios.

El alcalde, Francisco Cañizares, y el concejal de Obras y Mantenimiento, Miguel Hervás asistieron al concurso comprobando la habilidad cantora de los canarios participantes y el cariño y esmero con los que los tratan sus criadores.