En la Academia de Guardias y Suboficiales de Baeza pasa sus días formándose Veracruz Martín; Guardia Civil de lunes a viernes, portera de Almagro FSF cada fin de semana.
Si uno aprende algo en la vida es que los sueños se cumplen poco a poco. Casi nunca aparecen de golpe, por si acaso se pierde la magia en ese golpetazo de efecto al que no se espera de repente. Después de un puñado de años en el ejército, este 2025 Vera ha conseguido sacar adelante un concurso de oposición para cambiar de Cuerpo de Seguridad, dando uno de esos pasos de gigante en la consecución del futuro añorado.
El aprobado llegó con una de esas cartas que bien podrían arrancar con: «hay una noticia buena y una mala«. La buena, la plaza que tantas horas de estudios le costó; la mala, cambiar Madrid por Baeza haciendo zoom sobre la imagen kilométrica que separa la ocupación diaria de esa pasión llamada fútbol sala.
Sólo quien siente el veneno de lo que le gusta y tiene que sacrificar horas, personas y momentos, es capaz de entender cómo después de tantos años haciéndolo, la pasión sigue intacta; luchando y haciendo piña con las suyas para luchar por otro sueño: el ascenso con el Almagro FSF a Primera División.
Confiesa la portera que «después de tantos años en el club, conseguir el ascenso es el reto que me mantiene la motiviación a tope y la que me hace seguir luchando cada temporada con mis compañeras».

Ni los 146 kilómetros que separan Baeza del Gemma Arenas, ni las horas que se pierden en esos viajes de ida y vuelta que empiezan de día y terminan bien entrada la madrugada, le hacen desistir de lo que un día se prometió al verse crecer bajo los palos de un pabellón cualquiera; estaba ahí para llegar a lo más alto con su equipo.
Hacerlo es posible gracias a los cambios de guardia, a sentirse respaldada por el Club y a esa energía que da el haberse visto tantas veces al borde de alcanzar el éxito, si es que éste no se tiende ya ganado en la mochila después de todo el proceso resumido en número de temporadas que lleva defendiendo el mismo escudo.
Su implicación se la reconocen propios y extraños, entre ellos su entrenador esta campaña, Jaime García. «Vera lleva bastante tiempo siendo una de las mejores porteras de la categoría, teniendo una limitación muy importante a la hora de entrenar como es su trabajo. Es un condicionante, pero aún así sigue siendo para mí de las tres mejores porteras de Segunda División. A pesar de lo difícil que lo tiene para compaginar, hace un esfuerzo increíble, para poder seguir estando en este nivel».
A principios de temporada, cuando tuvo oportunidad de trabajar al mismo ritmo que el resto, reconoce García «el nivel ha sido brutal». Ahora, su compromiso la sigue haciendo volar para seguir siendo una referente en el equipo y en la categoría, «su implicación contagia al resto y hace que en el vestuario sea una líder que transmite madurez, sabiduría, templanza. Todo el mundo la respeta muchísimo, porque además es de las que ayuda al resto a crecer».

Esta temporada, pone en valor su técnico, «le está tocando hacer malabares para estar con nosotras en los partidos»; por ejemplo, en el último derbi contra Salesianos. «Tuvo prácticas por la mañana de topografía, salió a las 14:00 de la tarde de Jaén, comió en el coche de camino a Puertollano y como éste, ha tenido varios encuentros este año».
Lo más fácil para ella hubiese sido dar un paso al lado, elegir la tranquilidad de las panchangas en medio de un equipo que no aspire a nada, salvo a disfrutar del fútbol sala; sin embargo, ha elegido permanecer, sufrir con las suyas, pero también disfrutar de un camino que aspira al éxito colectivo, algo que alegra enormemente a su director de orquesta. «Que siga con nosotros me hace muy feliz, porque no sólo es una portera enorme, sino una compañera que hace mejorar cualquier vestuario».
Una nueva vida en Baeza
Durante los días de diario las calles de Baeza permanecen tranquilas. Algún autobús con turistas hace parada cada poco en la Plaza de la catedral, dando vida a ese conjunto histórico reconocido por la UNESCO, que no deja de atraer personas de paso, mientras los paisanos los ven avanzar mientras toman el café de la mañana.
A las calles del municipio llegan también algunos fans de Supersubmarina, porque saben que pueden encontrárselos de frente sin demasiado problema y tal vez, intercambiar algunas palabras que los acerque a esos ídolos tan normales con ese acento baezano tan marcado. En su pueblo son unos más de sus vecinos, aunque fuera de esas fronteras de olivos siguen siendo considerados uno de los mejores grupos de indie en español de cuantos han nacido en las últimas décadas. Todavía se espera su regreso a los escenarios, también sin prisa, como la consecución de los sueños; porque cualquier avance de Chino tras el accidente debe celebrarse como un gol de Sofía Valero a pase de la portera encajera.
En el municipio baezano se les tiene cariño y quien llega allí se contagia de esa magia. De ahí, que tal vez en la lista de Spotify de Vera en la que reinaba La Pantoja, hayan tenido cabida algunos de esos himnos que no se cantan, sino que se corean, para quemar con ellos algunos de los kilómetros que el grupo recorría en sus giras y que para la guardameta hablan de fútbol sala.
«Aquí en Baeza estoy contenta. Estamos todos el día ocupados, trabajando, estudiando; y por otro lado, sigo pendiente del equipo a unos cuantos kilómetros, deseando que llegue el fin de semana para jugar y sentir la adrenalina de la competición y de la portería», explica la jugadora de Almagro a Lanza en medio de una de esas pausas entre quehaceres.
Vera, la portera eterna del Almagro
Tras la marcha de Mariajo y Vicky este verano del Almagro FSF, a Vera le llegó el turno de portar el brazalete de capitana; una prenda más de su indumentaria, que antes no lucía, pero que tampoco le hacía falta para tener esa jerarquía dentro del vestuario y de la pista. «Al principio no era consciente. Venía siendo la tercera capitana y cuando se marcharon, fue como…me toca coger el testigo».
No obstante, por detrás de ella están Rebeca Culebras y Raquel Abellán, «otras dos grandísimas capitanas y sobre todo compañeras y amigas dentro y fuera de la pista».
Desde su llegada al equipo almagreño, la portera ha sido un pilar fundamental sobre el que se han ido construyendo los proyectos que cada temporada han ido naciendo; todos ambiciosos, todos llenos de ilusión, con una cosa en común, una portera top bajo los palos del Gemma Arenas sobre la que apuntalar el resto de posiciones.
Precisamente, Raquel Abellán, otro de los peso pesados dentro del vestuario destaca de Martín que «más allá de ser una portera excepcional, aporta al equipo una energía contagiosa y una determinación que nos motiva a superar cualquier obstáculo».
En esta línea, continúa, «personifica la resiliencia; su capacidad para enfrentar desafíos y mantener la ilusión intacta es un ejemplo para todas nosotras».

Para las nuevas, entre las que están Alba Peña o Ana Ventoso, que fueron rivales hasta la pasada campaña, «es una compañera que te hace sentirte en casa desde el primer día. Desde que llegamos, nos ha arropado, nos ha hecho sentirnos muy cómodas en el vestuario y nos ha demostrado que es la capitana que hace crecer a un equipo».
Pese a que cada viernes, después del último entrenamiento, hay conjura de jugadoras, también ponen en valor su carácter. «Es una persona con mucho carácter, que cuando hay que ponerse serias, lo hace y nos obliga a tener ese grado de madurez y responsabilidad que es vital cuando se busca alcanzar objetivos importantes».
Con el desenlace de la temporada a la vuelta de la esquina, seguro que Vera se habrá preguntado cómo sería jugar en Primera con su equipo, en una de esas imágenes que llegan a la cabeza, cuando se piensa en todo cuando no se quiere pensar en nada. Sus pasos avanzan por el Paseo de las Murallas, tranquilos, como la forma en la que juega. De fondo queda uno de esos atardecer que acompañaron a Machado y que inspiraron al poeta a darle vida a algunos de sus mejores versos en un contraste que a veces podría confundirse con Almagro, aunque aquí no haya un silo graffiteado.
A sus treinta y tantos y seis play off de ascenso a sus espaldas, ha llegado el momento de volver a intentarlo allá cuando llegue el mes de mayo, para que ojalá, esta vez sí, se cumpla de una vez el sueño del ascenso. «De momento, estamos haciendo un buen trabajo, pero quedan muchos meses por delante y el objetivo es llegar lo mejor posible, para competir como sabemos e intentar que esta vez la moneda caiga de cara».