Retuerta del Bullaque, Bilbao, Carrión de Calatrava, Valencia, Alés, -en Francia-, Calzada de Calatrava, Villarrubia de los Ojos,… son los puntos de origen de muchas de las personas que en la tarde-noche de este jueves han acompañado a la Patrona de Ciudad Real, Nuestra Señora del Prado, en la procesión de su octava, que cierra el programa de cultos celebrados en su honor, con motivo de estas fiestas de agosto de 2019.
Aunque a partir de las veinte horas, de acuerdo con el horario previsto, comenzaban a avanzar las dos larguísimas filas de fieles, -varios miles de personas-, hasta las nueve menos cuarto, aproximadamente, no comenzaba a caminar el trono de la “Morena del Prado”, cuajado de nardos y artísticamente iluminado, sobre el que lucía espléndida la Santísima Virgen vestida con el manto de los Condes de La Cañada, al igual que el día 15, sobre el que se podía ver la Medalla de Oro de la Ciudad, enmarcada en plata, así cómo la medalla conmemorativa del Concilio Vaticano II, donada en su momento por el que fuese obispo de nuestra diócesis Juan Hervás, que participó en el mismo, y broche de oro con madreselvas, en forma de dragón. El Niño, por su parte, lucía cordoncillo de oro y la medalla de la Diputación Provincial.
Mientras la carroza avanzaba hacia la puerta del templo, por parte del sacerdote consiliario de la Ilustre Hermandad, Francisco Romero, se entonó el canto “Ave María, Stela Maris”, tradicional en los prolegómenos de las dos procesiones.
Abría el cortejo, que transcurrió por el Paseo del Prado, para continuar por las calles Prado, Azucena, Plaza del Carmen, Estación Víacrucis, Toledo, Calatrava, Paloma, Carlos Vázquez, Plaza Mayor, Mercado Viejo, y de nuevo Prado, hasta la Catedral, la Cruz de Guía, portada por seminaristas mayores, a la que sucedían los fieles con cirios naturales.
A continuación, y por éste orden, marchaban la Corte de Honor de la Virgen, con su estandarte; La ilustre Hermandad de la Virgen, con el suyo; Dulcinea y sus damas; Pandorgo y señora y el grupo de acólitos, -turiferarios y ceroferarios-, que precedían al trono, escoltado por miembros de la policía nacional, atendiendo a la expresa invitación del prelado, Gerardo Melgar.
Tras él, ocupaban la presidencia religiosa, además del Presidente del Cabildo Catedral, Bernardo Torres, el canónigo José Martín Sánchez de León, y los también sacerdotes Lorenzo Trujillo y Ángel-Francisco Rivas.
A continuación aparecían una representación de la Corporación Municipal y las autoridades militares, concretamente el Subdelegado de Defensa del Gobierno Regional, el Inspector Jefe de la Policía Nacional, un teniente de la comandancia ciudadrealeña de la Guardia Civil y el diputado de Vox por Ciudad Real Ricardo Chamorro.
Cerraba el desfile la Agrupación Musical de nuestra ciudad, que interpretó escogidas composiciones de su amplio repertorio.
Momentos de especial emoción
Aparte del de la salida de la imagen al Paseo del Prado, se vivieron durante el recorrido momentos de especial emoción cómo el de la “petalá” por parte de la Asociación de Dulcineas, desde el balcón del Ayuntamiento, o el paso de la Virgen sobre la alfombra de sal confeccionada por el Grupo Joven de su Ilustre Hermandad.
Relevo de Hermano Mayor
Una vez que la procesión finalizó, y a los pies de la Patrona, cómo viene siendo habitual, -y tras el canto de la Salve Regina-, se procedió al relevo simbólico del Hermano Mayor. Terminaba así, -aunque de forma oficial se vivirá el momento en una próxima reunión-, el mandato de Carlos López Camarena, que lo ha sido durante este año, y comenzaba el de Carlos Oliver López, que lo será, Dios Mediante, hasta el 22 de agosto del próximo año.