El instituto Maestro Juan de Ávila ha desarrollado este domingo un taller de robótica educativa para los niños, niñas y jóvenes de la capital en los Jardines del Prado de Ciudad Real con motivo del Manchacómic.
Con las medidas de precaución que exige la pandemia, varios profesores de este centro educativo público han montado un stand con impresoras de tres dimensiones en exposición, junto a objetos impresos de carácter artístico, funcional y educativo, y lo más importante, un gran elenco de actividades con robots sintetizados en dichas impresoras, montados en ocasiones por los propios alumnos de ESO matriculados en diversas materias tecnológicas.
Estos robots han ofrecido una interacción al usuario utilizando diversas magnitudes de carácter físico (luz, sonido, vibración, ondas de radio), de manera que ofrecen un aprendizaje basado en el juego y el descubrimiento. Una parte importante del taller fue la sección ‘Programa tu propio robot’, en la que los jóvenes aprenden a programar el sistema de control de un sistema humanoide utilizando una aplicación gráfica desarrollada en el seno del instituto y auspiciada por la Casa de la Ciencia de la ciudad.
Unos quince alunos del instituto Maestro Juan de Ávila han actuado como monitores de los niños y niñas asistentes a la actividad durante cuatro horas.
Decenas de jóvenes ciudarrealeños han jugado con la ‘Caja mágica’ y el ‘Duende que reparte caramelos’, han resuelto laberintos con el ‘Escornabot’, se han asombrado con ‘Andros, el Androide’, y han jugado con interfaces que aprovechaban la conductividad del cuerpo humano para convertir sus manos en los propios mandos de un videojuego.
Los coordinadores de este taller señalan como elemento muy positivo el curioso el hecho de que, a pesar de haber una aparente falta de vocaciones tecnológicas entre los estudiantes más jóvenes, más del 90% de los alumnos colaboradores han sido chicas, y que en este inicio de curso están destacando en su interés y grado de participación.
De hecho, según ha informado el instituto, han mostrado en todo momento empatía, cariño y una paciencia a prueba de bomba con todos los chavales. En palabras de uno de los profesores del Maestro Juan de Ávila, “hay que decir que, cuando hablamos de Robótica, parafraseando la canción, las chicas también son guerreras”.