PREGUNTA-. ¿Cuáles son las reivindicaciones del Colegio Oficial de Médicos de Ciudad Real en el Día Mundial de la Salud, que declaró la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada 7 de abril?
RESPUESTA-. El eslogan de la OMS este 2023 es ‘Salud para todos’. Es un buen eslogan cuando se cumplen los 75 años de la fundación de la organización. Salud para todos después de lo que nos ha pasado en estos últimos años, con la pandemia del Covid-19, es un buen pensamiento inicial.
A nivel local, en este día creo que hay que insistir en el respeto hacia el colectivo médico. Durante la pandemia, pensamos que duraría la actitud de agradecimiento por parte de la población a los sanitarios con aquellos aplausos cada día a las 8 de la tarde, pero no ha sido así. Las cosas han cambiado completamente y se ha perdido el respeto. El año pasado aumentaron un 38 por ciento las agresiones al colectivo médico, artífice del cuidado de la salud del ciudadano.
Los médicos no somos el problema en atención primaria y en urgencias, sino al contrario, somos artífices de la solución. Sabemos que hay una situación complicada, todos hemos pasado o estamos pasando por muy malos momentos, pero la gente no puede descargar su ira contra nosotros.
P-. En su campaña por el día mundial, la OMS insiste en la mejora de la salud pública, ¿qué valoración hace de la sanidad pública en España?
R-. La sanidad pública atraviesa un momento difícil. Eso no se le escapa a nadie. España estaba considerada como uno de los sistemas de salud mejores del mundo, pero ya íbamos apurados con algunas cosas y, cuando llegó la pandemia, lo reventó todo. Pasó en todos los campos, pero más en la sanidad.
El Covid exigió una inversión económica tremenda, que hace que ahora haya un déficit importante, aparte de unas listas de espera desorbitadas prácticamente en todas las comunidades autónomas. Las urgencias han aumentado, la patología crónica se ha descontrolado, hay patologías que el Covid ha exacerbado, otras nuevas han aparecido y luego está el problema de la salud mental.
Quizá creíamos que teníamos un sistema mejor de lo que realmente era y por eso se ha desbordado. Los profesionales están sobrecargados, no solo físicamente, sino desde el punto de vista emocional. Esto nos ha pasado una factura muy grande. Luego están los 195 fallecidos. En marzo de 2020 murió Sara Bravo, la médica más joven de toda España, que era de Ciudad Real. Es un triste recuerdo.
Nos entregamos en la pandemia, pero los sanitarios no nos hemos visto recompensados desde ningún punto de vista. Al contrario, casi somos responsables, nos acusan de que el sistema no funciona todo lo bien que debería hacerlo.
P-. En los últimos meses, las protestas de los sanitarios han sido constantes en otras comunidades autónomas, ¿existen razones? ¿por qué en Castilla-La Mancha no ha sucedido?
R-. El movimiento de los sanitarios en otras comunidades autónomas es absolutamente entendible y lo apoyamos. El hecho de que en Castilla-La Mancha no haya habido huelgas, no significa que aquí no hay problemas. Ni muchísimo menos. Los problemas son comunes en España, lo que pasa es que vivimos en un país con 17 comunidades autónomas, que tienen diferentes matices.
El problema de la primaria es común, han ascendido las listas de espera y estamos desbordados en urgencias, que han aumentado entre un 20 y un 40 por ciento. La ventaja que hemos tenido en Castilla-La Mancha es que la Administración llegó a finales de febrero a un acuerdo, firmado por el Sescam y el Sindicato Médico, tras una negociación de meses, para implantar medidas que corrijan algunos de los problemas. Ahora estamos en un periodo de paréntesis, pues se ha fijado un margen de 2 meses para analizar si funcionan.
En el caso de la atención primaria, se ha implantado la autogestión de agendas y la cobertura de pacientes por compañeros de refuerzo. Ahora veremos qué centros tienen que cubrir con médicos esos excedentes en las listas de atención diaria. Así pues, pese a las protestas de los pacientes, hay muchos médicos que han estado echando horas extras para bajar las listas de espera sin recibir nada a cambio. Si funciona, va a cambiar mucho la situación.
P-. Faltan médicos, pero ¿cómo resolver el problema?
R-. Hay falta de médicos, pero sobre todo de determinados especialistas. No se trata de aumentar el número de estudiantes, porque un médico tarda 11 años en hacerse (6 años de estudiante, 1 de MIR y 4 de especialidad), y por lo tanto podría suponer más médicos en la bolsa del paro en 10 o 15 años. Además, la necesidad es inmediata, no a largo plazo.
Hacen falta más plazas de ciertos especialistas y es cierto que no es tarea fácil, porque necesitamos más centros para preparar el MIR. El Ministerio tiene que hacer un esfuerzo grande, y los colegios de médicos, los decanos, están haciendo estudios para ver qué falta, dónde, para cubrir las necesidades y fidelizar al profesional. También hay que tener en cuenta la falta de reconocimiento profesional y la diferencia de sueldo con respecto a Europa, donde se multiplica por dos o por tres.
P-. Otro de los temas que ha puesto sobre la mesa el Covid ha sido la salud mental. ¿Existen recursos públicos suficientes?
R-. Estamos en un momento muy malo. Los expertos tendrán que analizar por qué está pasando, pero lo cierto es que está ocurriendo. La salud mental de la población salió muy deteriorada después del Covid. Los servicios de salud mental, las camas de ingreso, las consultas y la atención aguda están desbordadas, no solo en Castilla-La Mancha, sino en toda España.
Las patologías que ya estaban, siguen estado, de mejor o peor manera. Pero luego, la patología en los adolescentes ha aumentado muchísimo. Está habiendo un número de casos tremendo con ideación autolítica, intentos de suicidio, autolesiones, aparte de mucha patología depresiva. La gran pandemia que nos viene ahora creo que va a ser la tristeza, la depresión.
La situación de miedo, el encierro, el aislamiento, el uso no adecuado de las redes sociales en el caso de los adolescentes, para las que han sido el “gran enemigo”, puede estar detrás. Y los profesionales son los mismos o menos de los que había. Es un serio problema que hay que abordar de manera integral.
P-. ¿En las próximas décadas cuáles van a ser los retos de la salud?
R-. Pues vuelvo al lema. Salud para todos, salud pública para todos, porque en muchos sitios del mundo no tenemos las condiciones de aquí, y porque la salud es una inversión de futuro.
Debemos seguir el enfoque mantenido por la OMS y el Gobierno de España, el enfoque del ‘One health’ (en inglés, ‘Una salud’), en el sentido de que tiene que haber un enfoque global de la salud, un frente común, porque todos tenemos amenazas compartidas, como hemos visto con el Covid. Es un enfoque que además tiene en cuenta la incidencia del medio ambiente.
Por supuesto, entre los grandes retos está ampliar el acceso de las personas a los medicamentos, y combatir enfermedades infecciosas y las resistencias a los antibióticos. Tenemos que estar bien preparados ante las posibles epidemias que nos lleguen más adelante y proteger a los que tengan peores condiciones, a los adolescentes. También es importante educar en salud a la población, hacer a la población corresponsable de la salud, del autocuidado, e incidir en proteger en la salud mental.