El Día del Señor en Porzuna, fiesta de interés turístico de Castilla Mancha, no se duerme ya que son muchos los que pasan la noche del sábado al domingo en vela para elaborar la alfombras de serrín y sal que engalanan los dos kilómetros del recorrido de la procesión de la tarde. Cuando el reloj da la media noche se comienza con este cometido que en año anteriores, según el Ayuntamiento ha congregado a más de doscientas personas.
«Para Porzuna, el Corpus Christi es el día más grande, el día en que honramos con devoción la presencia real del Cristo en la Eucaristía. Cada alfombra es una ofrenda hecha con fe y con amor, un testimonio visible de lo que sentimos en el corazón. Además de ser acompañado con nuestros danzantes, símbolo vivo de una fe que se expresa con alegría, tradición y respeto», ha asegurado el Ayuntamiento en sus redes en las que agradecía a todos los que han participado en la elaboración de estas alfombras que dan vistosidad a esta festividad.

Una celebración que continúa con con la rondalla de Porzuna dando los ‘buenos días’ al párroco, al alcalde y a todos los que participan de este día. Guitarras, laúdes, bandurrias y castañuelas ponen la banda sonora a las horas previas al momento más esperado por todos, ver a la custodia por las calles y a los danzantes y a su danza de origen ancestral que algunos sitúan en la Edad Media. La actividad de la mañana de Corpus ha finalizado con una limonada popular en la Plaza Mayor.
Los danzantes, la singularidad del Corpus Christi de Porzuna
Del Corpus Christi de Porzuna son particularmente significativos los danzantes, que simbolizan un abrir paso a la custodia. Destaca su vestimenta, típica de la zona, que incluye mantones de manila y ricos bordados, puntillas y lentejuelas.

La procesión saldrá tras la misa que está prevista que comience a las 19 horas. Niños y niñas de comunión abren la comitiva y arrojan pétalos al paso de la custodia. Tras ellos, doce danzantes bailan en filas de a cuatro al son de la rondalla tocando las castañuelas, homenajeando a la sagrada forma, bajo palio de seis varas.
La comitiva se detiene en cada altar de los vecinos, adornados con plantas aromáticas y mantos con puntillas, así como cojines bordados.