Los cerca de 600 espectadores que llenaron el Pabellón Ferial la noche del viernes se rieron sin parar durante dos horas de monólogo donde el de Picón toca las teclas dela retranca manchega que maneja a la perfección.
Daimiel Noticias.-Si Agustín Durán decidiese fijar su sede escénica en Daimiel seguramente no tendría problemas para reunir en cada actuación a centenares de incondicionales como los cerca de 600 que se dieron cita la noche del viernes en el Pabellón Ferial.
Acudieron al reclamo de la novena Exhibición de Monólogos del carnaval daimieleño y de la presentación del nuevo espectáculo del humorista de Picón. ‘Cazafantoches’ no es la persecución de urbanitas que no durarían muchas cepas vendimiando, según se deja entrever el vídeo introductorio.
Lo nuevo de Durán es una terapia grupal donde alguna vez aparecen esos fantoches, pero donde sus experiencias vitales tienen todo el peso. De ahí que, debido a esos kilos de más que ha cogido últimamente, comparte sus intentos por ponerse en forma en el gimnasio o en la piscina, con la dificultad inicial de saber exactamente a qué apuntarse entre tanta terminología anglosajona. Desde ese trampolín,
Durán va saltando de tontá en tontá, haciendo al público participe delas dudas ante ciertas pruebas médicas que necesitarían de un manual de instrucciones, ante los descubrimientos que le ha deparado su reciente paternidad o ante los curiosos motes que ha ido acumulando en su recorrido por los pueblos de La Mancha.
Como el de aquel de cuyo nombre no quería acordarse y donde le contaron que había un concejal al que le decían el ‘marihuana’ porque “todo el mundo que se le arrimaba acaba colocao”.
Esa retranca manchega es la base, los pilares y las paredes del humor de Durán y también la saca a relucir cuando se pone delante del piano para darle cariños a los calvos y a los que “ya tienen la batería del pelo parpeando”, o para analizar la crueldad de algunas canciones de su infancia y de las actuales que busca su hijo en Youtube. Dos horas de risas sin enlatar que salen a borbotones de matrimonios, de abuelos, de millenials, y de todos los que buscan en el de Picón ese humor con una denominación de origen muy definid
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