Mayo comienza en Daimiel con rondas y cantos a la cruz. Se trata de la tradicional fiesta en honor al quinto mes del año que tuvo su inicio justo en la medianoche del lunes, gracias al propósito de la asociación folclórica Virgen de las Cruces, que un año más promovió la festividad que cumplió su trigésima edición.
La ronda que la agrupación folclórica, su escuela y varios vecinos y vecinas de Daimiel iniciaron en la cruz del Olivo Milenario pasó después la original cruz de la cofradía de Los Moraos, situada en el pasaje de Jesús Nazareno, además de cantarle a sus titulares en el interior de la iglesia de La Paz. Allí sonaron mayos tan conocidos como el dedicado a la Virgen de las Cruces.
Tras un pequeño aperitivo, las más de 50 personas que pusieron su voz o tocaron algún instrumento como la guitarra o bandurria se desplazaron hasta la casa de hermandad de Los Blancos. Esta cofradía se estrenaba en la confección de este tipo de ornamentación con dos cruces: una realizada con flores, y otra, en el interior de la casa con un pequeño altar en torno a su antigua y restaurada cruz guía. La noche finalizó sobre las dos de la madrugada con algunas coplillas de carácter más jocoso y jotas más distendidas cargadas de tradición.
El culto a la diosa de la fertilidad en el origen de los mayos
Como curiosidad, algunos daimieleños y daimieleña conocieron que parte del origen de esta Fiesta de los Mayos se remonta a las celebraciones en honor a la diosa Maya, diosa de la fertilidad, en las que se festejaba la llegada de la primavera. Además, en esta festividad también se rinde homenaje y culto a la Santa Cruz de Cristo; de ahí que aún se sigan confeccionando estos monumentos. Una tradición recuperada gracias a la asociación folclórica Virgen de las Cruces