Desde hace ya ocho años, la asociación turística Tablas de Daimiel viene ideando diferentes actividades para atraer visitantes a la localidad con su programación expresa ‘Daimiel, Pueblo de Brujas’, un programa de fin de semana para proporcionar una alternativa al turismo de interior en los meses de frío e invierno, como ya comentó el viernes la propia concejal de Turismo, Lourdes Rodríguez de Guzmán.
En ese afán de resultar “atractivos” y movilizar a un determinado público al que le interese la naturaleza, la gastronomía y todo aquello que tenga que ver con las hechiceras, Daimiel se viste de una identidad a la que ha sido asociado desde el siglo pasado.
En esta octava edición, en la que una vez más ha colaborado el Ayuntamiento de Daimiel, se ha pretendido seguir consolidando este fin de semana como una cita claramente marcada en el calendario por el interés que puede despertar a esos niveles un turismo donde confluye en sus primeras horas con el pequeño comercio, que desde hace cuatro años se sumó al caro, entre tanto se dan a conocer tradiciones y cultura de Daimiel.
Esta agenda la abrió la ‘Noche de Brujas’ durante la noche del viernes, a lo que le tomó el relevo las ponencias “Patrimonio Desconocido y Mágico de la Mesa de Ocaña”, por Antonio Martín Asperilla y “Los Pozos Airones: Realidad y Leyenda de unos enclaves mágicos”, por Felipe Perea Hernando. Finalizadas las ponencias, daba comienzo la ruta de las ‘Tapas de Brujas’, en la que un total de diez establecimientos ofrecieron tapas elaboradas y basadas en la gastronomía de los siglos XVI y XVII en versiones dulces y saladas.
Visitas guiadas a la Motilla del Azuer, a la Laguna de Navaseca, a las Tablas fueron las propuestas que llevaron a cabo en colaboración con EcoDestinos o Caminos del Guadiana Ecoturismo. Además, durante todo el fin de semana, la compañía de teatro Producciones 099, se encargó de teatralizar las visitas nocturnas a las Tablas de Daimiel, haciendo pleno de ventas en todos los pases que se ofertaron.
Cena tematizada
La noche del sábado se cerró con la cena tematizada en los Salones Lady Gema, a la que asistía el alcalde, Leopoldo Sierra, y la concejal de Turismo. Con un menú en el que se pudieron degustar platos como latilla de ensalada de perdiz de la tierra, yogur de venado con asadillo, crema de hongos con salteado de setas de cepa, o corazón de jabalí, nido de rata, bayas de zarza y pétalos de las lluvia de otoño.
La velada estuvo amenizada con la música de Guitarodia, orquesta de guitarras procedentes del Conservatorio Superior de Córdoba. Finalizada la cena, se procedió a la ya tradicional Gran Queimada y se nombró Brujo del Año a Emilio Núñez de Arenas, fallecido hace unas semanas y que durante 7 años fue el encargado de realizar este brebaje.
Finaliza así un fin de semana de magia y brujería que ha traído hasta este municipio ciudadrealeño a gente de dentro y fuera de la provincia, y que de nuevo, vuelve a convertir a Daimiel en referente como destino turístico en una época donde se estaciona.