Escudos y espadas, mercaderes, ungüentos, pócimas… La Plaza de España de Daimiel regresa a la época del Medievo este fin de semana con una iniciativa de la delegación de Turismo que cada año disfrutan numerosos daimieleños y daimieleñas.
El Mercado Medieval abrió ayer sus puertas y transformó el centro de la localidad en un punto de encuentro para los amantes de una época en la que los mercadillos eran eventos sociales clave. Productos artesanos como jabones, juguetes de madera, bisutería, velas y puestos de oficios tradicionales como el vidrio, la herrería o la alfarería, estarán disponibles hasta mañana, domingo, en horario de mañana y tarde.
Según explicó Manuel Baos, gerente de la empresa organizadora, Lancelot Medieval, cerca de cuarenta puntos de venta conforman este año el mercadillo que tan buena aceptación tiene en Daimiel y que cuenta además con una zona gratuita para que los más pequeños también se diviertan con un pequeño tiovivo y un grupo de animación que desarrolla juegos y talleres participativos para los niños.
El alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, que acudió ayer a la inauguración junto a la edil responsable del área, Lourdes Rodríguez de Guzmán, quiso apoyar con su presencia esta cita turística que pretende ofrecer una propuesta de ocio para vecinos y visitantes y promover así la dinamización del centro de Daimiel.
“El Mercado Medieval es ya una tradición en Daimiel y nos gusta porque llena las calles de historia, cultura y vida”, señaló el primer edil, que no quiso dejar pasar la ocasión para animar a todos a disfrutar de este viaje en el tiempo que, además de ofrecer productos artesanos, gastronomía y espectáculo, genera “actividad económica y vida social en la localidad”.
Hasta mañana, domingo, permanecerán abiertos los tenderetes que a pie de calle ofrecen productos y artículos de todo tipo, asemejándose algunos de ellos a pequeños museos de curiosidades dada la variedad y el modo de exhibir su género. Como por ejemplo, la tienda de pócimas o la de golosinas artesanas.
