La laguna de Navaseca, que forma parte de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda y está junto al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, se ha convertido en un ejemplo de cómo la gestión del ciclo integral del agua puede generar valor medioambiental y atraer actividad económica.
Así lo ha explicado Antonio García Pastrana, biólogo y gerente del Servicio de Aguas de Aquona en Ciudad Real, empresa que gestiona la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Daimiel que aporta agua depurada a la laguna.
García ha asegurado que “cuando existen la disposición y la actitud adecuada, se puede gestionar el ciclo integral del agua prestando un servicio de alta calidad, al mismo tiempo, que se genera valor medioambiental que puede incluso atraer actividades económicas adicionales, como son la educación ambiental o el turismo de naturaleza”.
“La gestión eficiente y sostenible del agua permite crear sinergias que originan desarrollo económico y social”, y una muestra de ello es que la laguna de Navaseca se ha convertido en “un paraíso para los ornitólogos y turísticas que visitan a diario este lugar”, ha destacado.
García Pastrana ha reconocido que las cosas no fueron siempre así en Navaseca, una laguna que en su origen dependía de las variaciones intermitentes del nivel del acuífero, e incluso de los intentos de utilizar sistemas verdes de depuración, “que resultaron más dañinos que beneficiosos para su existencia”.
Pero todo eso, ha advertido, “ha pasado a la historia y ahora la EDAR de Daimiel juega un papel fundamental en la existencia de la laguna”.
Gracias a ella se ha logrado que una actividad antaño insalubre y molesta sirva para generar ahora recursos medioambientales, sociales e incluso económicos.
Mientras que las zonas inundadas de las Tablas de Daimiel sufren fuertes fluctuaciones de agua provocadas por los periodos de sequía, en Navaseca el caudal constante de la depuradora permite mantener unos niveles estables y, por lo tanto, de aves.
Un agua, ha advertido, que está sometida a “excelentes niveles de depuración” desde que en 2008 se amplió la capacidad de tratamiento para poder tratar caudales punta de 8.500 metros cúbicos de agua al día.
Desde entonces, ha puntualizado, “todas las aguas residuales se centralizaron en ella y se dio un gran paso hacia la situación que se disfruta ahora”.
A pesar de ello, ha reconocido, la situación aún era mejorable y a través de los años se han realizado posteriores ampliaciones de la planta que han ayudado a mejorar aún más la calidad del agua vertida a la laguna.
Adicionalmente a las mejoras en la planta, desde el año 2015, el Ayuntamiento de Daimiel ha realizado actuaciones sobre la propia laguna y su entorno, favoreciendo las condiciones naturales del humedal y el acceso de la población a este paraje.
Estas actuaciones han consistido en la adquisición de una zona colindante y su interconexión con la zona original de la laguna, lo que ha permitido aumentar la superficie encharcada.
También se ha acondicionado el entorno de la laguna mediante el arreglo de caminos, la instalación de paneles informativos y la construcción de observatorios de aves.
En el año 2017 también se puso en funcionamiento una balsa de tormentas que permite recoger el exceso de agua en los episodios de fuertes lluvias, con lo que se evita su vertido directo a la laguna o incluso al mismo río Guadiana.
La depuradora, ha explicado García, es ahora capaz de tratar adecuadamente todas las aguas que llegan de la red de saneamiento de Daimiel y como consecuencia de ello, se mantiene un ecosistema lagunar con una gran biodiversidad de aves.
El último censo invernal realizado por el Centro del Agua de Daimiel contabilizó la presencia de 1.200 aves de 21 especies distintas, una cifra que será aún mayor durante la primavera y el verano, ha concluido.
