Como es habitual dentro de la programación de “Daimiel en concierto”, la copla también ha tenido su hueco este año. Casi un millar y medio de asistentes pasaron por el Auditorio Municipal para deleitarse con el espectáculo que abrieron los músicos Diego Zafra y Enrique Montoya.
Acompañados de un percusionista, dos palmeros y una guitarra rítmica, Zafra a la voz y Montoya a la guitarra solista, ofrecieron al público un variado repertorio de fandangos, alegrías, tangos y tientos, entre otras piezas. Más de media hora de música de raíz protagonizada por caras muy conocidas en la localidad, ya que todos ellos son vecinos de Daimiel.
Pasaban las 23:00 horas y el grupo daba paso a Laura García, coplista y cantante que subió junto al resto de sus músicos: un violín, una guitarra y la percusión. Lo hacía con ayuda, ya que como explicó posteriormente, tras una aparatosa caída, había sufrido una fuerte lesión que le iba a impedir dar su espectáculo de pie y bailando, como tiene al público acostumbrado. Pero Laura sacó su baza de la manga, y durante casi todo el concierto, la acompañó sobre las tablas y subido a sus zapatos flamencos el daimieleño José Carlos Ledesma.
Su repertorio, compuesto en su gran mayoría por versiones de grandes de la copla como “María de la O” o “Se nos rompió el amor”, incluyó también temas inéditos, extraídos de su último disco, “Tu destino, mi destino”, algunos de ellos obra del conocido compositor malagueño, Javier Tapia.
Un disco que ella cataloga como “muy personal” y que se suma a su discografía compuesta por otro álbum más en solitario, dos de saetas malagueñas y varios en colaboración con otros artistas. Todos ellos son fruto de una carrera que inició siendo muy pequeña, ya que desde la niñez “tenía muy claro que quería dedicarse a ser cantante, y por eso desde entonces llevar formándose y aprendiendo día a día”.
La joven artista, se mostró contenta y muy ilusionada por volver a Daimiel, ya que además de tener la localidad cerca geográficamente, siendo ella de Torralba de Calatrava, su abuelo era daimieleño. De ese nexo con la ciudad nació una de las canciones que interpretó y que tuvo como protagonista Daimiel, su patrona y otros elemento característicos del municipio.