Más calor y menos lluvia. Ese podría ser el resumen para Daimiel teniendo en cuenta la evolución de lo que va de siglo XXI y la comparativa entre las dos últimas décadas. A falta de mes y medio para que acabe el año hidrológico (el 30 de septiembre), ya se han registrado 252 litros, superando los 238,8 del año pasado, la media de precipitaciones desde 2011 ronda los 320 litros, más del 50 por ciento por debajo de los 383,4 correspondientes al periodo de 2001 a 2010.
Y eso que el año hidrológico de 2012/2013 fue el periodo más húmedo desde el 2000, según los datos del Servicio Integral de Atención al Regante (SIAR), con 602,1 litros. Más allá de picos puntuales, la comparativa es contundente: durante los primeros diez años de siglo se superaron los 300 litros en ocho ocasiones, mientras que desde el 2011 han sido únicamente dos. Un año hidrológico ‘normal’ en nuestra provincia debería estar entre los 350 y 400 litros.
Las temperaturas tampoco acompañan. Según los datos del SIAR, la media de las temperaturas máximas en la última década es 40,7º. Se sitúa medio grado más que en la anterior con 40,2º, alcanzándose la temperatura máxima registrada en julio de 2017, cuando se llegó a 42,6 grados centígrados. El termómetro ha superado los 42 grados en dos ocasiones más, en 2012 y 2019, mientras que de 2000 a 2010 las temperaturas nunca subieron por encima de 41º.
En el otro lado de la balanza, las temperaturas mínimas se mantienen estables rondando los -7,7 de media desde comienzos de siglo. Como dato curioso, los dos descensos más notables coinciden con los años centrales de cada década, con -13,7 y -13,6 en 2005 y en 2014, respectivamente.
