La multinacional Vestas Manufacturing se defiende de las acusaciones vertidas por el comité de empresa en la jornada de huelga que afecta a la factoría de Daimiel. Niega “rotundamente” haber ejercido “presión o coacción” sobre la plantilla, y defiende su derecho a asignar “servicios necesarios”.
En un comunicado, Vestas alude a la normativa española para justificar la asignación de servicios necesarios para garantizar la seguridad de las personas y los bienes, el mantenimiento de las instalaciones, la conservación de materias primas y cualquier otra atención “imprescindible” para la reanudación de la actividad.
Durante la concentración que ha tenido lugar este jueves por la mañana a las puertas de la empresa, el comité de empresa ha acusado a Vestas de enviar cartas a algunos trabajadores para asegurar que acudían a su puesto de trabajo de cara a garantizar “servicios necesarios”, que a su juicio no son tales.

El comité también tuvo un desencuentro este miércoles con la empresa durante la reunión previa a la jornada de huelga. Vestas afirma que no ha impuesto unos servicios mínimos, “figura reservada exclusivamente a servicios públicos esenciales”, sino que ha designado “servicios necesarios, tal y como permite la legislación vigente en el ámbito privado”.
La multinacional señala en concreto a la Federación de Industria de CCOO Ciudad Real y la acusa de “confundir a la plantilla y a la opinión pública con afirmaciones inexactas”. La empresa señala que respeta el derecho de huelga, y destaca su compromiso “con el diálogo, la transparencia y el respeto de los derechos laborales”.
La jornada de huelga
La huelga de 48 horas ha comenzado a las 7 de la mañana en esta factoría de 1.000 trabajadores, que es la segunda más grande de la provincia después del complejo petroquímico de Repsol en Puertollano. Decenas de trabajadores se han concentrado a las puertas de la fábrica para exigir mejoras, sobre todo, en salud laboral. Los sindicatos hablan de un seguimiento “cercano al 90 por ciento” en producción.
Las principales reivindicaciones tienen que ver con la implantación de nuevas medidas de seguridad laboral, frente a las consecuencias que tiene la utilización de productos cancerígenos y reprotóxicos. En lo que va de año, los sindicatos advierten que son 5 ya los casos de alergia profesional, dato que asciende a casi 100 en los 17 años de historia de Vestas en Ciudad Real.