Aurora Galisteo
Ciudad Real
Más de 80 alumnos de la Facultad de Educación de Ciudad Real realizarán sus prácticas en el corazón del desierto del Sáhara durante las próximas dos semanas en la que han calificado como “una experiencia de vida”. Esta mañana han partido hacia los campamentos de refugiados de Tinduf, situados al oeste del territorio argelino, para vivir una realidad bien distinta, única.
Mercedes Martín Toledano, una de los coordinadoras de este viaje, explica que ya ha estado en el Sáhara en cuatro ocasiones. En su maleta viajan 20 kilos de ropa, juguetes, material escolar, medicinas, etc, “todo para ellos, mis objetos personales van en una mochila”.
Los futuros maestros trabajarán hasta el 2 de marzo en las escuelas de la wilaya de El Aaiún -denominadas madrazas- en el marco de un programa de prácticas que cada año financia la Diputación, cuyo presidente, José Manuel Caballero, acompañado de David Triguero, quiso despedir a los jóvenes maestros antes de subirse en los autobuses cuyos maleteros iban cargados de toneladas de diverso material.
“Allí tienes que sacar el maestro que llevas dentro”, asegura la coordinadora quien destaca que el recibimiento, en el desierto, siempre es con los brazos abiertos.
Nervios entre los que viajan por vez primera
Esther Ruíz, Sandra Muñoz y Cristina Abenójar, estudiantes de cuarto curso de Educación, viajan por primera vez a los campamentos de refugiados en Tinduf. “Estamos muy nerviosas porque no sabemos lo que nos vamos a encontrar”, aseguraba Ruíz.
En cualquier caso, ninguna de las tres dudó ni un solo instante en viajar hasta el Sáhara. “Una oportunidad así no la vamos a volver a tener”, añade Muñoz. Cargadas, como todos, con comida, medicinas, ropa, etc, estas tres jóvenes viajan dispuestas, también, a empaparse de otra cultura y a dar lo mejor de sí mismas.