Pregunta.- ¿En qué ámbitos hay mayores incidencias en materia de salud laboral?
Respuesta.- Los sectores con más incidencias son la industria manufacturera y la construcción que aglutinan el mayor número de accidentes laborales con alrededor del 40 por ciento de toda la siniestralidad en la provincia. Le siguen la agricultura y los transportes, pero también están otros ámbitos que, en principio, no parecen tan proclives a padecer una alta siniestralidad y, sin embargo, sí la sufren como son las actividades sanitarias y servicios sociales.
Son alarmantes datos como que en el año 2024 los accidentes laborales causaron 58 muertos en Castilla-La Mancha, 25 más que en 2023, y de esos accidentes mortales 20 fueron en la provincia de Ciudad Real, en concreto, 19 durante la jornada laboral y uno in itinere. Es una tasa de incidencia terrible y una de las más altas del país. Estos números demuestran que no se están haciendo las cosas bien.
P.- ¿Qué perfiles son los más habituales en riesgos laborales y seguridad en el trabajo?
R.- En primer lugar, viendo los perfiles laborales en la provincia, la estadística de accidentes laborales la encabeza la construcción. Caídas desde altura, manejo de maquinarias pesadas, exposición a sustancias peligrosas, accidentes eléctricos… son las causas más comunes en este sector.
Dentro de la industria manufacturera, están la interacción con maquinaria especializada, entornos peligrosos y también los turnos de trabajo prolongados que esconden un deterioro de las condiciones laborales que abundan en la siniestralidad. El sobrefuerzo es una causa de accidentes laborales
Es evidente que hay algunos factores relacionados con el entorno de trabajo como condiciones inseguras, falta de formación en el manejo de equipos peligrosos o exposición a agentes peligrosos. Y tenemos que sumar una mala organización: falta de procedimientos de trabajo seguros, incumplimientos de los mismos o ritmo de trabajo elevado que conlleva más presión. La fatiga lleva a cometer errores que cuestan vidas. El deterioro de las condiciones laborales se suma a una deficiente cultura preventiva.
Y, en la función pública, cada día hay más trabajadores que arriesgan su integridad física con sobrecargas de trabajo, agresiones como en Sanidad y centros penitenciarios, y, si nos vamos al sector de la Enseñanza, tenemos colegios con ratios elevados y situaciones de alto conflicto. Destacar además la inseguridad en centros de menores, riesgos muscoesqueléticos en servicios sanitarios, emergencias sin equipos suficientes y oficinas saturadas.
Es decir, la siniestralidad laboral no sólo se mide en accidentes visibles sino también en todos aquellos accidentes y enfermedades profesionales que no se comunican. Por ejemplo, riesgos psicosociales, sobrecargas crónicas, estrés continuo, acoso, agresión a profesionales, etc
Y en muchos casos son consecuencia directa de una infrafinanciación estructural y recortes de personal, de falta de protocolos de prevención, de efectivos y de una cultura de resistencia impuesta a quienes están en el servicio público.
P.- ¿Qué echan en falta por parte de las empresas o la administración en prevención de riesgos laborales?
R.- En empresas y administraciones, implicación. Es fundamental que todos los participantes de la gestión preventiva asuman esa responsabilidad desde el Gobierno central y autonómico, la propia inspección y los servicios de prevención hasta las empresas y los propios representantes sindicales.
Entendemos que los empleadores y la administración deberían dar muestra de un liderazgo y compromiso firme respecto a todas las actividades de seguridad y salud en el trabajo que incluyan fundamentalmente principales elementos de política, organización, planificación y evaluación en pro de mejorar y garantizar un lugar de trabajo seguro.
Hay que continuar avanzando en la evaluación de riesgos, porque sólo así podemos identificar cuáles son los peligros de los lugares de trabajo y adoptar medidas para controlar con eficacia y evitar daños a los trabajadores.
E indudablemente combatir de manera activa la siniestralidad laboral fomentando una cultura de prevención de riesgos en el trabajo que garantice el cumplimiento efectivo y real de las obligaciones establecidas. El primer paso para mejorar la seguridad en la empresa es aprender a identificar cuáles son los tipos y qué situaciones de riesgo dependiendo del sector, contar con un servicio integral que minimice la probabilidad de trabajar en circunstancias peligrosas.
Hay que tener en cuenta que las situaciones de peligro no son iguales en todas las profesiones. Si estamos en una oficina, los riesgos están asociados al estrés, dolor muscular o posturas forzadas. Sin embargo, en una obra el peligro está en las alturas y cargas pesadas. Hay que identificar las situaciones de peligro en cada profesión y los trabajadores lo deben conocer a fin de minimizarlos.
P.- ¿Hay incumplimientos de legislación en esta materia?
R.- Desgraciadamente, sigue habiendo muchos incumplimientos. Es una triste realidad. La empresa no lleva a cabo todo lo estipulado en la normativa legal aplicable. Prueba de ello es la alta siniestralidad que tenemos fundamentalmente en Castilla-La Mancha y Ciudad Real.
Entre los incumplimientos más habituales, nos encontramos que no identifican o no evalúan adecuadamente los riesgos y no implementan las medidas necesarias para eliminar o reducir los riesgos identificados. Por ejemplo, la falta de equipo de protección individual sigue existiendo, las protecciones frente a la maquinaria pesada, señalización de seguridad, etc. No se forma a los trabajadores debidamente ni se informa adecuadamente, es decir, no cuentan con un servicio de prevención adecuado. No designan trabajadores para realizar una actividad de prevención, no constituyen un servicio de prevención propio o no recurren al servicio de prevención ajeno cuando la propia Ley ya lo está marcando. Sigue habiendo muchos incumplimientos de manera habitual.
P.- Como sindicato, ¿qué medidas se quieren potenciar?
R.- En primer lugar, la reforma legislativa, tenemos que actualizar la ley 31/95 que es la ley de prevención de riesgos laborales. Han pasado ya treinta años desde que se aprobó y hay que adaptarla a una nueva realidad, al nuevo mundo laboral en el que nos encontramos.
Tenemos que conseguir entre todos unos protocolos eficaces, reforzar la necesidad de incluir la prevención de los riesgos laborales en el sistema de gestión de las empresas y potenciar la función de vigilancia y control en el marco de las Comisiones Territoriales de la Inspección de Trabajo. Se debería dotar de más recursos a la inspección a fin de que se practiquen campañas específicas y asesoramiento para garantizar el cumplimiento de la normativa vigente que no se está realizando de manera adecuada.
Se debe dotar, así mismo, de crédito de horario específico para el delegado de Prevención ya que donde existe la presencia sindical entendemos que se va a garantizar de mejor manera la seguridad y salud en el trabajo. También se debe ampliar el cuadro de enfermedades profesionales, incluyendo patologías nuevas relacionadas con trastornos mentales y con ello aprobar un Real Decreto de riesgos psicosociales que ayuden al cuidado de la salud mental.
Además, es preciso la regulación de cargas de trabajo de los servicios de prevención; protocolos más eficaces contra la violencia en el trabajo y el acoso en cualquiera de sus formas, especialmente en colectivos más vulnerables como el sector sanitario, docente, prisiones y servicios sociales; y el endurecimiento de las sanciones en materia de prevención de riesgos laborales, incluidos los propios incumplimientos de la administración pública.
Otras medidas se refieren a la incorporación de profesionales de Psicología en los servicios de prevención; potenciar la formación en prevención de riesgos laborales, incorporándola como obligatoria en grados universitarios y el sistema nacional de cualificaciones profesionales; y es preciso actualizar todos los equipos de trabajo y mejorar las condiciones de seguridad en el entorno laboral.
Las terribles cifras de siniestralidad laboral deben servir para fortalecer la gestión preventiva y cambiar el rumbo de esta situación, combatiéndola de manera eficaz y garantizando la seguridad y salud de los trabajadores.
