Los cambios en la carretera que recorre el parque natural de las Lagunas de Ruidera, entre las provincias de Ciudad Real y Albacete, que invitan a dejar el coche y moverse a pie o en bicicleta, en principio bien acogidos, se topan en su primer verano con la tozudez humana que persiste en aparcar lo más cerca posible del agua. Está pasando los fines de semana de este mes de julio, cuando más problemas de aparcamiento se dan en las zonas habilitadas para ello, y más público frecuenta el parque.
Josefa Moreno, la alcaldesa de Ruidera, denuncia esta situación, no solo porque los infractores, “decenas de vehículos todos los fines de semana”, dice, ocupen las sendas peatonales habilitadas para que la gente camine o los carriles bici, con el peligro de atropello, sino por el riesgo en caso de incendio forestal, que convierte al parque en una ratonera difícil de evacuar.
Concienciación ciudadana y control
Moreno, que ha informado de esto al presidente del patronato rector de Ruidera y director general del Medio Natural de la Junta, Félix Romero, apela a la responsabilidad ciudadana pero también reclama medios para impedirlo, “si no se ponen medios de nada sirve que se haya invertido un millón de euros en mejorar tanto la carretera de la parte de Albacete como la de Ciudad Real”.
Biondas que impedirán aparcar en Ciudad Real
Al término municipal de Ruidera le afectan algo menos de tres kilómetros, con carriles bici y para peatones arreglados por la Diputación de Ciudad Real, todavía titular de una vía que pasará a titularidad de la Junta. “En nuestro término municipal está previsto instalar unas biondas metálicas, recubiertas de madera, que impedirán físicamente aparcar”, explica, pero todavía no están.
“Me dicen que la Guardia Civil ha puesto alguna multa. La realidad es que los fines de semana todo está invadido por los coches, y el problema no es tanto el público sino que no dejen el vehículo particular para moverse por el parque”, insiste.
La gente no quiere pagar por aparcar
La alcaldesa no cree que falten espacios de aparcamiento (o no tantos), sino que la gente se resiste a pagar por hacer uso de estos estacionamientos, “en la parte de arriba [Ossa de Montiel] cobran por aparcar y creo que incluso han subido la tasa, el caso es que el público por no pagar hace lo que sea”.
Primer verano “de prueba”
La dirección del parque natural, dependiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, que impulsó está obra incluida en un plan de mejora con la creación de un nuevo centro de visitantes, tenía intención de probar cómo reaccionaría la gente a las modificaciones en la carretera, al menos este verano. En el próximo la idea es impedir de alguna manera el acceso a determinadas zonas mediante una aplicación de control de aforo.
“Coartar la circulación también podría suponer un problema para la hostelería del entorno”, opina Moreno, más partidaria de habilitar dos nuevos parkings en Ruidera pueblo (la Junta ha comprado una parcela para ello cerca del cementerio y está pendiente de adquirir otros terrenos) y habilitar algún medio para acceder a las Lagunas.
Un verano de visitas de fin de semana
El problema de masificación de coches se da los fines de semana, cuando más visitantes están acudiendo este verano al paraje, en uno de sus mejores momentos. “Este verano está siendo en general más flojo de turismo, los fines de semana no cabe un alfiler, pero entre semana apenas tenemos público, no entendemos qué ocurre”, remarca.
