Belén Rodríguez
CIUDAD REAL
La tercera fase de obras en el entorno de la Puerta de Toledo, en la que quedará una diáfana plaza central, dieron este jueves un paso decisivo con la demolición del transformador eléctrico que entorpecía la visión del monumento.
El derrumbe se hizo a primera hora de la mañana tras el soterramiento de la instalación, un trabajo que ha retrasado la obra, según explicó hace unos días el concejal de Urbanismo Alberto Lillo, puesto que ha habido que encomendarlo a una empresa homologada por Eléctrica Fenosa. Una vez solventado el inconveniente, que no ha supuesto coste adicional, Lillo supervisó el derrumbe que se hizo con una máquina retroexcavadora en menos dos horas.
Sin el transformador entre la Puerta de Toledo y la Subdelegación de Defensa quedará una plaza y una zona verde para el esparcimiento ciudadano en la que el monumento, restaurado en una fase anterior, recupera el protagonismo que tuvo en siglos pasados como una de las puertas de la muralla que protegía la ciudad.