M.C.M.L. ha llevado a sus primas M.V.R.M. y O.C.M. hasta la Audiencia Provincial de Ciudad Real acusadas de haberse apropiado 70.300 euros de las cuentas de una tía nonagenaria, de la que eran herederas, en febrero de 2021.
Las tres disponían además de un poder especial para sacar dinero de las cuentas de la anciana desde el año 2013, algo que según la fiscalía aprovechó una de las sobrinas para sacar dinero en efectivo de la cuenta de su tía el mes y medio que estuvo ingresada en el Hospital La Mancha Centro de Alcázar de San Juan, hasta su fallecimiento el 2 de marzo de 2021.
La principal acusada, M.VR.M., no niega esas disposiciones de dinero en efectivo (hasta ocho reintegros, algunos de 17 y 12.000 euros), pero dice que se hicieron con el consentimiento de su tía que no tenía alteradas sus facultades mentales a sus 92 años, pese a otros problemas de salud, y que lo compartió con la prima con la que la cuidaba. Que además ambas eran las personas de referencia cuando le pasaba algo a su tía, cuando ingresó en una residencia (cuatro años antes de fallecer).
Les entregó el dinero de forma voluntaria
Que la nonagenaria, que tenía la cartilla bancaria con sus pertenencias en el hospital, quiso entregarles dinero voluntariamente a las dos sobrinas que se turnaban para cuidarla (algunos días del mes y medio de hospitalización contrataron a una tercera persona en época de restricciones covid), y sufría porque su otra heredera, la denunciante, no la visitaba ni se ocupaba de ella.
«El día que enterramos sus cenizas fue al banco»
La denunciante ni siquiera fue al funeral cuando falleció la anciana. “Cuando estábamos enterrando las cenizas de mí tía ella estaba en el banco preguntando por las cuentas, según nos dijeron”, ha testificado la acusada M.V.R.M.
La denunciante por su parte reconoce que no fue a verla al hospital “porque no tenía pase”, pero que al principio de su hospitalización habló con su tía por teléfono y en una de esas ocasiones la anciana le transmitió que sus primas estaban sacando su dinero del banco. Después de eso el teléfono de la anciana, siempre según su versión, aparecía apagado.
La defensa ha aportado como testigos a dos hermanas, cuidadoras de la mujer que compartió habitación con la nonagenaria, que entablaron relación con las denunciadas. Esta testigo ha confirmado que la tía sufría problemas respiratorios, “pero tenía la cabeza fenomenal”, y la escuchó decir que quería cambiar el testamento para favorecer a las dos sobrinas que la cuidaban y desheredar a la otra.
Ha contado que el alguna ocasión vio cómo le decía a una de sus sobrina que le cogiera el bolso y le sacara dinero, aunque sin hacer referencia a qué cantidad.
«La mujer quería cambiar el testamento»
Su hermana, la otra testigo, ha contado lo mismo: “La mujer quería cambiar el testamento, no tenía otra cosa en la cabeza”. Y ha explicado que conseguir un pase para entrar en la habitación y visitar a la tía, aunque fuera época covid, no era complicado.
Han contado además que la anciana tenía su teléfono móvil a mano, que hablaba con frecuencia con otros familiares y amigos, y que había teléfono fijo en la habitación para contactar con ella.
Acusación por apropiación indebida
Por estos hechos, la fiscalía acusa a la prima que hizo los reintegros de efectivo de las cuentas de un delito continuado de apropiación indebida y pide cuatro años y tres meses de cárcel. A la otra acusada solo la considera “partícipe a título lucrativo”.
El abogado de la acusación particular que ejerce la otra legítima heredera acusa a las primas de administración desleal y falsedad en documento privado.