La Confederación Hidrográfica del Guadiana ha constatado la manipulación de tres caudalímetros (contadores de agua) de captaciones subterráneas del Alto Guadiana en la primera quincena de enero. Todo antes del inicio de la campaña de riego (marzo) y mediante diferentes procedimientos, como imanes, alambres o varillas, según han dado a conocer este jueves en un comunicado.
“Volvemos a hacer un llamamiento a la responsabilidad en su uso”, señala la CHG en un comunicado en el que advierten que estas acciones pueden constituir un delito
contra el medio ambiente y los recursos naturales, con penas de cárcel, mientras que las sanciones administrativas superarán, si procede, los 50.000 euros e incluyen la tramitación de las extinciones de derechos al uso del agua de estos aprovechamientos.
Delito ambiental, multas y extinción de derechos
El organismo que gestiona las aguas del Guadiana, recuerda que la Ley de Aguas dispone que los titulares de las concesiones administrativas de aguas, tanto subterráneas como superficiales, “y todos aquellos que por cualquier título tengan derecho a su uso privativo de las aguas”, remarcan, están obligados a instalar y mantener los correspondientes sistemas de medición que garanticen información precisa sobre los caudales de agua en efecto consumidos o utilizados y, en su caso, retornados.
Los caudalímetros facilitan información sobre los caudales de agua utilizados para garantizar el respeto a los derechos existentes, medir el volumen de agua realmente consumido o utilizado, permitir la correcta planificación y administración de los recursos y asegurar la calidad de las aguas.
“Este tipo de comportamientos fraudulentos redundan en el perjuicio de todos y fundamentalmente en el de la sostenibilidad y mantenimiento de nuestras masas de aguas subterráneas y superficiales, así como de los ecosistemas asociados a las mismas”, añaden.
La tercera campaña con restricciones adicionales
La campaña de riego subterráneo 2022, la tercera en la que se aplican restricciones a las que se han opuesto tanto los usuarios del agua subterránea como el Gobierno de Castilla-La Mancha, se espera complicada por la delicada situación de las masas de agua (sin recarga efectiva desde 2014) y la escasez de lluvias que se ha agravado en este comienzo del año.