G.R.M, un hombre joven, de 33 años, de complexión fuerte y atlética, está vivo de milagro. Sobre las nueve y media de la noche del 15 de enero, cuatro individuos, dos de ellos encapuchados, se presentaron en coche en su casa de El Torno, adosada a la de su padre, y lo atropellaron. No una, sino dos veces. Además de molerlo a golpes e incluso pincharlo en un codo.
“Se fueron porque me creyeron muerto”, ha contado a Lanza mientras se repone de las magulladuras y el pinchazo. No tiene ni un hueso roto, algo que su abogado, Francisco Díaz Alberdi, atribuye a su fuerza física, pero podría no haberlo contado.
En el ataque también resultó herido el padre de la víctima, que estaba sacando al perro cuando se presentaron los asaltantes, y otro familiar que vive al lado e intentó auxiliarlos.
La víctima logró identificar a los dos presuntos culpables, dos familiares suyos con los que está enemistado, padre e hijo, a los que la Guardia Civil del puesto de Porzuna, que se ha hecho cargo de la investigación, detuvo el miércoles 22 como autores del intento de homicidio, tras una minuciosa investigación que incluye el examen del vehículo del principal sospechoso, con destrozos que dice que son de un accidente la misma noche del ataque.
Con el atestado de la Guardia Civil padre e hijo pasaron el jueves a disposición judicial, imputados por intento de homicidio, lesiones y amenazas. Tras tomarles declaración el juez de guardia decidió dejarles en libertad provisional, pero ha dictado una orden de alejamiento y la medida adicional de prohibición de ir a El Torno, localidad en la que no residen pero suelen visitar.
Uno de los detenidos, primo hermano de la víctima, colgó un video la misma noche del ataque en redes sociales con graves amenazas hacia G.R.M. En esos mensajes le dice que va “a por él” y media hora después se supone que se presenta en El Torno -los detenidos viven en Malagón y Ciudad Real-. Esos videos y mensajes en redes sociales también han servido para armar la denuncia ante la Guardia Civil y la justicia.

“Se empeñan en que les quemé una cocina campera”
Tanta inquina, según G.R.M., viene de que lo culpan del incendio de una cocina campera tiempo atrás en los Puentes de Piedralá, pedanía de Porzuna. “Se empeñan en que les quemé una cocina campera, y me han denunciado”, dice.
A pocos días de que se cumplan dos semanas del ataque el acusado asegura que no tiene miedo por él, pero sí por su familia, “sigo asustado por mi mujer, mi hija, y el resto de miembros de mi familia, después de lo que le hicieron a mi padre”.
“Dijo que me iba a matar en Instragram”
El denunciante asegura que el pasado 15 de enero estaba en su casa cuando detectó que su primo, uno de los detenidos, colgó videos en Instagram “diciendo que me iba a matar”. Aproximadamente media hora después, cuando su padre, que vive al lado de su casa, estaba sacando al perro se oyó el ruido de un vehículo del que se bajaron cuatro personas, dos de ellos “mi primo y su padre”.
Al padre le lanzaron un llave inglesa
Sin mediar palabra -según recoge la denuncia- al padre de la víctima le lanzaron una llave inglesa a la cabeza y cuando el hijo, G.R.M., salió al oír ruido, lo atropellaron, pero se levantó, entonces empezaron a golpearlo con palos e incluso lo pincharon con una navaja en el codo (porque se protegió). Al quedarse tendido en el suelo esta segunda vez, volvieron a pasar por encima con el coche, en una maniobra en la que perdieron el espejo retrovisor y el vehículo sufrió otros daños.
Los detenidos dicen que no fueron ellos
Los arrestados aseguran que no fueron ellos. Han explicado que estaban en otro lugar a esa hora, pero la Guardia Civil y el juzgado que vio la denuncia y a los detenidos el jueves cree que hay pruebas sólidas para incriminarlos. “Es muy raro que presenten un parte de un accidente la misma noche del ataque, un choque casualmente con un familiar”, dice el letrado de G.R.M.