El número de muertos en incendios de viviendas se ha reducido drásticamente este invierno en el caso de Ciudad Real con respecto al año anterior. Entre noviembre y febrero no ha habido ningún fallecido, mientras que el año pasado murieron tres nonagenarios en el mes de enero en Corral de Calatrava (2) y Bolaños (1), según datos del avance del Estudio de Víctimas de Incendios en España de la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos.
En Castilla-La Mancha el descenso también ha sido importante: de ocho víctimas mortales el invierno pasado a dos este año (un matrimonio en El Casar, Guadalajara), esto es un 75% menos, en sintonía con la reducción del 27% en el conjunto de España. Entre noviembre y febrero han muerto 66 personas en incendios, 60 en viviendas, cuando en el mismo periodo del año pasado hubo 87 víctimas mortales y en el periodo anterior (2015-2016), 78.
Menos frío, la clave de la mejoría
¿Cuál es la explicación?, sencillamente que ha hecho menos frío. “Las muertes en incendios en viviendas están directamente relacionadas con el frío y este invierno ha sido más suave en general”, explica Jesús Hernández, responsable de prevención de la Fundación Mapfre.
Lo que no cambia es el perfil de las víctimas y las circunstancias de los fallecimientos: personas de edad avanzada y aparatos eléctricos que se utilizan por la noche. Así eran los fallecidos en el incendio de diciembre en El Casar (Guadalajara), una mujer y un hombre septuagenarios, él con movilidad reducida, que dejaron encendido un aparato de calor por la noche, “de ahí que seamos tan defensores de la instalación de detectores de humo como el mejor sistema para evitar una muerte cuando hay un incendio nocturno”, añade Hernández.
Según la última estadística el 60% de las personas que mueren en incendios en el hogar son mayores de 65 años.
Este avance del estudio no recoge el dato de las personas que mueren en infraviviendas por lo que se considera pobreza energética. Ese detalle se da en el informe anual que se publica en torno al mes de octubre.
El peor febrero de los últimos seis años
El patrón del frío queda muy bien reflejado en las estadísticas. Ni en noviembre ni en diciembre (en general fueron más cálidos y secos) ha habido fallecidos por incendios, mientras que en febrero ha habido un repunte muy llamativo, que lo convierte en uno de los peores febreros de los últimos seis años, con 20 víctimas mortales, frente a las 14 que se produjeron en 2017.
Las muertes registradas en la temporada actual refuerzan las advertencias de Fundación Mapfre y la asociación de bomberos sobre la necesidad promover el uso de detectores de humos, así como informar de otras medidas de prevención clave en los hogares, como extremar la precaución con estufas y braseros, velas, cableado defectuoso, tomas y enchufes sobrecargados y mantas eléctricas, principales causas de incendio en la vivienda, que se suman a los descuidos de los fumadores.