Ecologistas en Acción ha avisado este martes, ante la posibilidad de que se transfieran las competencias de los parques nacionales de las Tablas de Daimiel y Cabañeros a Castilla-La Mancha, de los “negativos efectos” que puede acarrear esta decisión para el futuro de ambos espacios protegidos que “están a punto de recibir otro golpe que los someta, aún más, a los intereses políticos y económicos del regadío y la caza”.
En un comunicado, la organización pide reflexionar sobre el previsible anuncio de la transferencia de esas competencias por parte de la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, durante la visita que tiene durante esta jornada a la región junto al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
“Reflexión que no arroja sino sombras e inquietudes ante las pruebas evidentes que rebelan el escaso compromiso que viene mostrando el Gobierno de Castilla-La Mancha ante los graves problemas ambientales que afectan a los parques nacionales”, además de otras cuestiones de carácter administrativo, como la situación para los trabajadores de estos espacios protegidos, cómo afectará a los modelos de gestión y qué intereses van a predominar ahora en ellos o con qué recursos se van a acometer las tareas pendientes “que son muchas y costosas”.
Ecologistas en Acción ha asegurado que “lo que más preocupa es el rumbo de las políticas de conservación que ponga en marcha la nueva administración de las Tablas de Daimiel y Cabañeros”, teniendo en cuenta que “en ambos casos el Gobierno de Castilla-La Mancha ha adoptado posturas contrarias a la conservación y mantenimiento de los parques nacionales como territorios representativos de dos de los ecosistemas naturales más importantes de España, el bosque mediterráneo y los humedales de interior”.
En el caso de Daimiel, la postura del Ejecutivo regional, a juicio de la organización, “ha quedado al descubierto en las alegaciones que ha presentado ante la Confederación Hidrográfica del Guadiana al esquema de temas importantes del nuevo Plan de Demarcación”, que califican de quimera la pretensión de recuperar los humedales de la Mancha y de mantenerlos en buen estado ecológico. Lo que se traduciría en el incumplimiento de la Directiva Marco del Agua y, lo que es más grave, de la Ley de Parques Nacionales y de las Directivas Europeas de Aves y de Hábitats.
En cuanto a Cabañeros, igualmente la postura del Gobierno castellano-manchego “ha sido y es renuente a asumir el final de la caza, por lo que ha intentado disfrazar de control de poblaciones esta actividad”. También se ha opuesto, según Ecologistas, a contemplar debidamente la restauración de los impactos que provocan en Cabañeros los cientos de kilómetros de vallados y tiraderos que jalonan el Parque Nacional “deteriorando” su flora y su fauna.
“Si ese es el punto de partida del Gobierno regional sobre lo que significa gestionar dos parques nacionales, es indudable que la transferencia de competencias es una muy mala noticia. Por ello, el Ministerio debiera hacerse valedor de la protección y restauración de estos espacios o, si no, no sería extraño que en ambos, pero sobre todo en Daimiel, nos encontremos con un simple parque temático al servicio de los intereses económicos”.