El coste del absentismo laboral por Incapacidad Temporal por Contingencias Comunes (ITCC) en la provincia de Ciudad Real alcanzó 114 millones de euros en 2018, un 6,57% más respecto al ejercicio 2017. Del total, 67 millones fueron costeados por las mutuas a través de las prestaciones económicas, un 10% más en términos interanuales. De éstos, 47 millones de euros, tras crecer un 2,02%, fueron costeados por los empresarios, mientras que los otros 20 millones los asumieron los trabajadores y el sistema público de salud.
En concreto, según Pedro Barato, presidente de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), supuso la pérdida de 9.064 jornadas de trabajo y que seis de cada 100 empleados de la provincia ciudarrealeña no fueron a trabajar ningún día a lo largo del año pasado.
Barato ha encabezado en Ciudad Real, junto a los presidentes de la Confederación Regional de Empresarios de Castilla-La Mancha (CECAM) y de la Federación Empresarial de Ciudad Real (FECIR), Ángel Nicolás y Carlos Marín, una jornada en la que ha participado medio centenar de profesionales y empresarios, donde se ha hablado del coste de las bajas laborales de los trabajadores por Incapacidad Temporal por Contingencia Común (ITCC), y la necesidad de “que acudamos a las mutuas” para gestionar y cubrir “de manera más eficiente” esas situaciones.
A juicio de los empresarios, los datos ponen de relieve el incremento del gasto en prestaciones por ITCC al que hacen frente las empresas ciudarrealeñas, que equivaldría a un coste teórico de 441,40 euros por trabajador en 2018, frente a los 331,59 euros de 2014. Es decir, el desembolso es un 33,12% superior.
Días, edades, sectores y enfermedades con más bajas
El día con más bajas en Ciudad Real es el lunes, 5.981 (el 30% del total) en 2018, siendo los viernes el día que menos procesos se inician, 2.812 (exceptuando los fines de semana), al igual que a nivel regional y nacional.
Igualmente, la franja de edad con más bajas es la comprendida entre los 36 y 40 años, con 2.929 bajas, seguida de los de 41 a 45 años, con 2.750.
Por su parte, según los datos monitorizados por AMAT, los sectores más absentistas son el comercio al por menor, la administración pública y Defensa, servicios de comidas y bebidas, actividades de construcción, y agricultura, ganadería y caza.
En cuanto a las principales patologías traumatológicas que motivan la baja médica en la población protegida por las mutuas (el 81,55% de los trabajadores en Contingencias Comunes y el 99,20% en Contingencias Profesionales), destacan las afecciones de espalda, problemas de articulaciones, de columnas, tendinitis, esguinces y torceduras.
En 2018 se contabilizaron en la provincia 27.504 casos por ITCC, un 3,20% más que en el ejercicio anterior, un 26,98% más respecto a hace cinco años (2914), cuando hubo 21.660 procesos. Mientras tanto, la población trabajadora ha crecido en ese mismo periodo menos de la mitad (un 12,24%), pasando de 131.573 trabajadores a los 147.677 de 2018.
La incidencia media por cada 100 trabajadores se ha mantenido respecto al ejercicio anterior, con una ligera subida del 0,46%, mientras que la duración media de estos procesos se ha reducido un 2,92%, y se sitúa en 71,90 días, muy por encima de la media nacional, que es de 42,39 días.
Barato: “Un tema importante”
El absentismo es un “tema muy importante para el mundo empresarial”, ha asegurado Barato, que, sin ánimo de criminalizar a los trabajadores que enferman o sufren un accidente, ha cuestionado la tendencia temporal de las ausencias laborales: la mayoría se registran los lunes.
“Que cada uno saque las conclusiones que considere oportuno”, ha agregado.
Ha destacado igualmente la labor de los “grandes profesionales” de las mutuas, a la hora de gestionar una baja por ITTC “de manera más directa” y con más agilidad que las del sistema público de Salud, donde se produce “un cuello de botella en la burocracia”.
A su juicio, la acumulación de tramitaciones “se podría aminorar mucho” si los médicos de las mutuas pudieran dar el alta a los trabajadores con enfermedades profesionales y traumatológicas. “Saldríamos ganando todos: el mundo empresarial, el sistema público y los trabajadores”.
Nicolás: “Problema grave”
En la misma línea, Ángel Nicolás ha asegurado que el absentismo por ITTC es un problema “grave”, que cuesta más de 60. 000 millones al año -el 7% el PIB-, y que “parece que nadie le quiera poner solución”.
El portavoz de la patronal regional ha apostado por el modelo “eficiente y efectivo que llevamos reclamando mucho tiempo” para que los profesionales médicos “que han estudiado en las mismas facultades que los de la Seguridad Social puedan empezar a dar altas en Traumatología”. Así “descargaríamos las listas de espera”, y rebajarían, según ha explicado, “de seis meses a 15 días” la tramitación del proceso de diagnóstico y cuidado de los trabajadores enfermos.
“Es cuestión de tener sentido común, y ya que somos entidades colaboradoras, pues que nos dejen colaborar de verdad”, ha razonado, a la vez que ha indicado que “es un agujero negro que España no se puede permitir”, y que en el caso de los empresarios “las cotizaciones sociales salen de nuestros bolsillos”.
Marín: Más coste para las pequeñas empresas
El presidente de Fecir ha ido más allá y ha destacado el alcance del absentismo para las pymes, micropymes y autónomos, el 87% del tejido empresarial de Ciudad Real.
“Es un mal endémico, ha referido Carlos Marín, cuando se habla de datos macro, pero mucho más cuando se trata de pequeñas empresas”, porque la baja de un trabajador “supone el 30% de la plantilla y una barbaridad el coste para el autónomo”.
“La baja puede terminar con la rentabilidad de este tipo de empresas y es mucho más difícil de cubrir”, pues o la suplen los compañeros o la empresa ha de formar a un empleado nuevo, “con su coste correspondiente”.
Por ello, para Marín “es muy importante” la reciente sentencia del Constitucional que avala el despido de una empleada que faltó el 20% de los días laborales, aunque fuera justificado, pues es “hora de poner negro sobre blanco el problema gravísimo para las empresas de la provincia, que nos cuesta 47 millones de euros a los empresarios”. “Es un coste tremendo” que podría rebajarse en 10 millones y la mitad del tiempo de recuperación si las mutuas gestionaran el proceso.