Desde el año 1995 no hay estadísticas oficiales sobre el porcentaje de población infantil y juvenil que sufre acoso escolar. Aún así, la actualidad evidencia que cada vez son más los casos que se dan en la aulas y en la misma medida en las redes sociales.
A este respecto, la psicóloga ciudarrealeña y vocal en Ciudad Real de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla-La Mancha, Margarita Velascoín, explica que el acoso escolar lo conforman una serie de conductas intencionadas, recurrentes, de carácter dañino unas veces, y encubierto otras, que ejercen una o más personas sobre una sola víctima, generando situaciones de desigualdad y desequilibrio de poder en el aula. Estas actuaciones persiguen mermar la autoestima del individuo, le invalidan en su proceso de escolarización, le ridiculiza, le intimidan, le hieren y acomplejan, arrebatándole su dignidad como persona, llegando a dejar graves secuelas mediante un proceso de ensañamiento continuado y cuyo escenario más directo es el centro educativo, las zonas anexas, llegando incluso a interferir, a través de las redes sociales, en la esfera personal y familiar.
“En general, no solo en la provincia de Ciudad Real o en Castilla- La Mancha, en todo el país no sólo hay alumnos y alumnas agresores sino que hay una mayoría silenciosa que están expuestos a dichas conductas de violencia y que con posterioridad podrían integrar dicho aprendizaje en el repertorio de conductas e interacción social”, apunta Velascoín.
Perfiles
No hay un perfil definido de acosador, pero la doctrina indica que se suele tratar de jóvenes con poca empatía, y pocas habilidades sociales, que entienden las relaciones sociales en términos de sumisión y dominancia. Según indica Velascoín, se encuentran expuestos a modelos de referencia paternales y aprenden este tipo de conductas que posteriormente interiorizan y extrapolan en el aula. Pueden ser niños con padres que son excesivamente controladores o, por el contrario, padres con desinterés hacia la atención de sus hijos.
En la misma línea, sobre el tipo de gente joven, niños o niñas susceptibles de sufrir el acoso, esta psicóloga asegura que no existe un perfil de víctima al igual que no existe el perfil concreto de acosador.
Se suelen sufrir a partir de los 10 años, aunque son numerosos los casos en los que también se da en edades más tempranas. El proceso se basa en señalar a la víctima como “blanco-diana”. Las formas de agresión iniciales de la persona que acosa, suelen ser indirectas y esporádicas, coincide con el inicio del curso escolar. La víctima percibe muchas conductas anuladoras, de forma directa, indirecta y continuada y existe una mayoría que lo permite.
Alarmas
Una de las principales preocupaciones entre los padres o los tutores de los menores es la falta de herramientas para detectar cuándo un menor está sufriendo acoso. En este marco cabe significar que algunas de las pistas pasan por síntomas de ansiedad, miedo, baja autoestima, autoimagen negativa, disminución del rendimiento académico, alteración de las funciones cognitivas, aislamiento social e introversión, trastornos del sueño, trastornos del estado de ánimo, irritabilidad y sensibilidad a la crítica.
Atención
Margarita Velascoín recomienda a los profesores prestar atención ante las posibles señales que pueda aportar el alumnado con su conducta en las aulas porque “cualquier menor puede atravesar por una situación de acoso”, apunta.
A los padres les recomienda proteger, contrastar información y actuar. Si no es acoso y se trata de conductas de violencia aisladas, es importante buscar de forma conjunta entre padres y madres y tutor, como mediador, normas que favorezcan el respecto y la convivencia de los chicos en el aula.
Si es acoso, la familia del afectado debe solicitar a su Centro Escolar que tome medidas de forma inmediata y a ser posible se active un “Protocolo validado de actuación contra acoso” y hablar con los padres y madres de quienes agreden, intentando mantener una actitud conciliadora.
El Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla-La Mancha ha elaborado una guía para padres y profesores que necesiten pautas a seguir y prevenir situaciones de acoso escolar o ciber acoso.