C.E.S.M., acusado de abusar de una niña de 7 años hace siete años en un pueblo de la comarca de Puertollano, lo ha negado este martes en el juicio, en el que ha declarado que la denuncia viene por rencillas que mantiene con la familia de la menor. Además asegura que nunca se ha quedado a solas con la niña, como sostiene el entorno de la víctima.
Lo complejo del caso, que se juzga en la sección primera de la Audiencia de Ciudad Real a puerta cerrada hasta el jueves, es que la menor contó lo que había ocurrido cuando su padre la dejó al cargo del acusado al poco de que ocurriera, pero la familia no lo denunció hasta mayo del año 2020.
“Creemos que no hay pruebas contundentes para sostener una acusación tan grave”, asegura el abogado José Manuel Morales, que defiende el presunto pederasta. Fiscalía y acusación particular acusan de delitos de abuso sexual y exhibición de pornografía a una menor, y solicitan cuatro y ocho años respectivamente.
El acusado, de 44 años, mantiene su inocencia. En el juicio ha contestado a todas las preguntas que le han hecho las partes en la primera sesión del juicio, según ha contado a Lanza su defensa.
También han declarado familiares de la menor, que no vive en el pueblo. Al parecer si hay testigos que vieron a la niña irse con él. Los padres de la niña, el acusado y todos los hermanos del padre han declarado en la primera sesión.
El testimonio de la menor, este miércoles
El testimonio de la menor, que este año cumplirá 14, lo escuchará la mañana de una grabación hecha durante el periodo de instrucción del caso como prueba preconstituida para evitarle volver a revivir lo que relata. En otras sesiones del juicio intervendrán peritos a propuesto del juzgado. Entre las periciales hay una psicológica que confirma que la niña presenta síntomas compatibles con los supuestos abusos.
La menor cuenta que a mediados de enero del año 2017, después de una matanza, y con la niña al cuidado de su padre y un tío, el acusado se ofreció a quedarse con ella mientras ellos iban a Puertollano a hacer unas compras. Cuando la metió en su casa la menor contó que le enseñó un video pornográfico con personas adultas y le pidió reproducirlo. Después desvistió en parte a la niña y la manoseó, al tiempo que le pidió a ella que lo tocara. Cesó su actitud cuando recibió una llamada del padre de la pequeña a la que advirtió que no debía contar nada. Es lo que recoge el escrito de conclusiones provisionales de la fiscal del caso.