Iván S.R., un reincidente por malos tratos de 31 años, dice que es inocente de haber raptado a su última pareja en 2019 en Valdepeñas, y de ocho delitos más de violencia machista, cometidos presuntamente un año después de que cortaran, tras una denuncia de ella con sentencia firme por maltrato habitual de junio de 2018, por la que tenía en vigor una orden de alejamiento cuando ocurrió esto.
Iván, que se enfrenta a 39 años de cárcel por la suma de nueve supuestos delitos contra su ex pareja después romper, ha reconocido este jueves ante la Audiencia Provincial que se saltó la orden de alejamiento, pero asegura que lo hizo con el consentimiento de ella, con la que según ha declarado reanudó la convivencia en el verano de 2018, poco después de que lo dejaran.
“Me jugué la libertad por estar con ella”
El joven, en prisión preventiva desde abril de 2019 por esto, se ha presentado en el juicio como la víctima. Su visión de los hechos es que ella, de 32 años, siguió viviendo con él pese a la orden de alejamiento, pero a espaldas de su entorno. “Yo en esa época trabajaba de lunes a viernes en Madrid y solo iba los fines de semana a Valdepeñas”.
De esta manera explica por qué la madrugada del 6 de abril de 2019 entró en casa de su expareja por la fuerza (él sostiene que tenía llave) y al sorprenderla con otro hombre en la cama se puso furioso, “no entendía que me hiciera eso cuando yo me estaba jugando mi libertad por estar con ella”.
Le pidió explicaciones por “engañarlo”
Dice que no es cierto que la sacara de allí por la fuerza ni le pegara ni la intentara ahogar, y mucho menos que la retuviera contra su voluntad, como mantienen las acusaciones, y ha declarado a preguntas de las partes que su reacción fue echar al chico que estaba con ella y hablar con su expareja para que le explicara por qué lo había engañado.
Acusado de nueve delitos, dos de ellos de violación, ha negado con contundencia esto último: “Jamás haría algo así, jamás”.
“Me dejaba hacer para que me dejara tranquila”
La víctima, que ejerce la acusación particular en este caso, ha contado una versión muy distinta de la relación. Dice que estuvo viviendo unos años con el acusado hasta que, harta de su control y arrebatos violentos, lo denunció y cortaron. “Siempre era lo mismo, discutíamos, me agredía, y luego teníamos relaciones, yo me dejaba hacer para que me dejara tranquila”.
La separación se produjo en abril de 2018 y el juicio por maltrato habitual en junio, en los juzgados de Valdepeñas. Él fue condenado a cuatro meses de prisión y se impuso una orden de año y medio de alejamiento entre ellos.
Controlaba su teléfono y sus redes sociales
Pero en los meses de julio y agosto, aunque ya no vivían juntos, Iván siguió acosándola e intentando reanudar la relación y ella, según ha admitido, “por miedo a que me hiciera algo”, se dejó hacer. En ese año de contactos “esporádicos” el procesado llegó a mandarle a su exnovia capturas de pantalla del teléfono móvil cuando la sorprendía en línea chateando con otras personas, o se metía en sus redes sociales y le pedía explicaciones por los hombres que le daban ‘me gusta’ a publicaciones suyas en Facebook.
Se acostó con él por miedo a decirle no
No obstante ella ha reconocido que aguantó por miedo y a preguntas directas de la magistrada que ha presidido la vista ha declarado que consintió porque no quería perjudicarle más y temía que le hiciera algo más grave si le decía que no. Le daba largas cuando le pedía quedar, pero aún así en varias ocasiones accedió a acostarse con él o incluso le permitió que le dejara ropa en su casa para que se la lavara. Todo entre julio-agosto de 2018 y abril de 2019.
Irrumpió por la fuerza en su casa de madrugada
Pero el acoso del acusado lejos de apagarse fue a más, hasta el punto que la madrugada del 6 de abril, cuando se encontraba con un chico en su casa después de una fiesta, el acusado le dio un golpetazo a la puerta de la vivienda (no estaba cerrada con llave, solo con una cadena), e irrumpió en su dormitorio a las seis de la mañana cuando estaba desnuda con otro hombre. La mujer cree que la estuvo siguiendo todo el día.
La escena hizo que Iván -siempre según la versión de la víctima- perdiera los estribos. La insultó, la escupió, echó al otro chaval de allí mientras ella le gritaba que no la dejara, y cuando el chico se marchó le pegó varias bofetadas, la arrastró desde la habitación envuelta en las sábanas hasta el salón en el que por poco la ahoga “me cogió del cuello y apretó”. Ella le explicaba que no había llegado a acostarse con el otro chico, pero él insistía.
Retenida varias horas en una casa del acusado
Después ha relatado que la obligó a vestirse y marcharse con él a una casa de su propiedad (de su abuela, en la que permitía que viviese una pareja de amigos con pocos recursos), en la que la joven estuvo retenida contra su voluntad varias horas.
El amigo de la chica dio la voz de alarma
El amigo de la presunta víctima, que no llamó directamente a la policía pese a presenciar el asalto, avisó a una amiga común que a su vez contactó con la madre y la hermana de la joven, que alertaron a la policía y estuvieron llamando con insistencia a los teléfonos móviles de ambos.
La Policía fue a buscarla
Agentes de la Policía Nacional acudieron a las 10.15 hors a la casa de la abuela del acusado, después de buscar sin éxito a la víctima en su casa temiéndose lo peor, pero los amigos de Iván, al parecer instigados por él, según la denunciante, les dijeron que no estaban allí.
La chica consiguió después, sobre las once de la mañana, que el acusado la dejara salir de casa su abuela con la condición de que no contara nada. Tanto fue el temor que le metió en el cuerpo que incluso cuando habló por teléfono con su madre le negó que hubiera estado con él, aunque después lo contó todo y puso la denuncia.
Por mentir a la policía comparten banquillo con Iván S.R. la pareja que vivía en la casa de la abuela, están acusados de un delito de omisión del deber de impedir delitos, al permitir que la exnovia de Iván estuviera allí contra su voluntad. Ello se han excusado diciendo que desconocían que tuvieran una orden de alejamiento y que no les pareció que ella estuviera retenida.
Violencia doméstica, detención ilegal, violación y allanamiento
El procesado en este caso de violencia de género está acusado de un delito de violencia habitual, tres delitos de violencia doméstica, quebrantamiento de condena, allanamiento de morada, detención ilegal y dos delitos de violación.
El juicio se reanudará el próximo martes 13 de abril con la declaración de los policías que participaron en la investigación y las pruebas periciales. Un fallo técnico ha impedido avanzar en la sesión de hoy en las declaraciones por videoconferencia de los agentes que participaron en la investigación del caso.