El rápido y enérgico canto de la tradición de Piedrabuena ha inundado la Feria Internacional del Turismo, con letras amorosas y de devoción, sonidos de guitarra y bandurria, y voces enérgicas. Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, las Cruces y los Mayos de Piedrabuena han vuelto a Ifema para acaparar miradas y estimular emociones al son marcado por integrantes de los cuatro grupos de mayeros locales.
Los grupos Santo Cristo de la Antigua, Nuestra Señora de la Asunción, Cruz de Mayo y Jóvenes Mayeros de Piedrabuena han trasladado a las gentes de Fitur a la puerta principal de la iglesia de la Asunción, donde cada 30 de abril realizan su recital ante decenas de piedrabueneros, que han aprendido a lo largo de sus vidas las pegadizas letras e incluso son partícipes en algunas estrofas al gritar el popular “aire”.
Los mayores recuerdan que los mozos se quedaban a dormir en las quinterías para realizar las tareas del campo en mayo y que luego bajaban a cantar a las mozas con “letras picarescas y amorosas”. Tras las celosías de las ventanas hoy en día no esperan las mozas, pero los mayeros hacen cada 2 de mayo al atardecer la ronda de cruces, entre invitaciones de los vecinos a pastas de huevo, rosquillas, resecas y suspiros.
Las Cruces y los Mayos de Piedrabuena constituyen una de las tradiciones más populares y añejas del municipio, que moviliza a asociaciones y colectivos de amigos durante meses, con el apoyo del Ayuntamiento. El canto del mayo, esos romances “de voz enérgica” a la Virgen, al Cristo y a las mozas, anuncia la llegada de las fiestas y la apertura de las cruces supone al día siguiente la llegada de miles de turistas.
Cruces de brezo y tela a los pies del río Bullaque
Reseñable por su “plasticidad, colorido y singularidad”, la fiesta de las Cruces y los Mayos de Piedrabuena atrajo el año pasado a más de 10.000 personas procedentes de toda Castilla-La Mancha, y el alcalde ha invitado a todos los presentes a “sorprenderse” con esta fiesta “única” que envuelve durante quince días, del 2 al 15 de mayo, al municipio en un entorno de “color, flores, música y alegría” a los pies del río Bullaque.
Las cruces de Piedrabuena introducen en escenarios mágicos al recrear imágenes propias del paisaje, con chorreras, fuentes y estanques. La naturaleza trasciende al altar, la ajedrea invade con su perfume estancias tapizadas de brezo y la iluminación recrea la luz del ocaso en los estanques. En las cruces de tela, sastres y modistas crean pliegues, tablas y frunces con raso, hilo y sedas alrededor de la cruz, decorada de flores.
A por la declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional
Durante la presentación, el alcalde de Piedrabuena, José Luis Cabezas, ha insistido en “la entrega, la dedicación y el trabajo” para conseguir “a medio plazo” que las Cruces y Mayos sean declaradas Fiesta de Interés Turístico Nacional. Así pues, la declaración de Interés Regional en 2017 ha supuesto, en palabras del regidor municipal, “un impulso extraordinario, con más visitantes y riqueza para el pueblo”.
Asimismo, Cabezas ha aprovechado para desvelar el nuevo logo promocional de la fiesta, antes de proyectar un video que recoge la historia de esta tradición que se remonta al año 1212, año en el que Alfonso VIII empezó la Reconquista de España y desde el que se reconoce en este municipio la devoción a la Santa Cruz. Los piedrabueneros repartieron pegatinas, chapas y pañuelos de yerbas con el nuevo logo.