B.R.
Ciudad Real
Si fueran humanos alguien habría comprado ya los derechos para contar su historia, se trata de los machos de lince Kahn y Kentaro, que fueron liberados el 26 de noviembre del año pasado a la vez en los Montes de Toledo y en menos de un año no sólo han traspasado las fronteras de Castilla-La Mancha, sino que han recorrido 1.500 kilómetros hasta llegar Portugal al sur (Algarve) y el norte (Oporto). Cada uno por su lado, sin saber bien por qué, pero los dos han protagoniza la proeza del programa de reintroducción.
Uno de ellos fue localizado de casualidad, a principios de este agosto, en un paraje entre las provincias de Burgos y Soria. Lo captó una cámara de la Junta de Castilla y León, “lo último que sabemos de ese ejemplar es que está por Oporto. No entendemos cómo ha sobrevivido, ha pasado por territorios sin conejos, ha sorteado carreteras y llegado con un aspecto increíble a Portugal. Tendremos que hacer algo con los genes de estos ejemplares”, señala Rodrigo Julián. “Se nos dice continuamente que mueren muchos linces, entiendo que es muy llamativo, pero también nos están pasando muchas cosas positivas”.