Manolo Yébenes, el autor del doble crimen machista de Daimiel, sorprendió desprevenidas a su mujer Ana Belén Ledesma y a su hijastra Ana María la mañana que las mató. Sólo la madre tenía heridas importantes de defensa en las manos por cortes del cuchillo de 38 centímetros con el que las acuchilló; la hija, que recibió quince puñaladas, ni siquiera perdió las gafas en el forcejeo con el acusado.
Los forenses que han intervenido hoy en la cuarta sesión del juicio no tienen clara la secuencia homicida, pero sí que las abordó en el cuarto de baño -había mucha sangre y pisadas de los tres-, o bien a la hija y luego a la madre, o al revés. Lo que sí han confirmado es que primero mató a Ana María, cuyo cadáver cayó en la puerta del baño, y luego a su mujer a la que persiguió por el rellano de la primera planta del bloque en el que vivían, mientras ella intentaba pedir ayuda.
Dos hipótesis sitúan a las mujeres en el baño
Como el acusado no ha explicado si hubo discusión previa y con quién, y las víctimas no pueden contarlo, los forenses, en base a los datos de la inspección ocular, las autopsias y las pruebas recogidas por la Guardia Civil, han informado al jurado de las dos hipótesis que manejan.
La primera teoría es que Ana María, que estaba semivestida, se estaba maquillando en el cuarto de baño cuando entra el agresor, se sorprende, y este le da las primeras dos o tres puñaladas (recibió quince). En ese momento acude la madre a tratar de defenderla -también a medio vestir-, pero no puede quitarle el cuchillo (de ahí las graves heridas de defensa en las manos) y corre a buscar ayuda. El punto débil de esta teoría es que la joven tenía las gafas puestas lo que no cuadra con el maquillaje.
La segunda hipótesis es que fuera Ana Belén la que estaba en el baño sobre las nueve de la mañana de ese 13 de febrero de 2017 (habían quedado para ver un piso a las diez en una gestoría, según su entorno). Suponen que el acusado fue a la cocina, cogió el cuchillo, y empezó a apuñalar a su esposa. La hija abre la puerta, ve la escena, intenta defender a la madre, pero cae al suelo en la primera lluvia de puñaladas.
Llamó a dos timbres en vez huir por la escalera
Los expertos en medicina legal suponen que la madre intentó pedir ayuda y salió corriendo al rellano. Herida, pero no con lesiones mortales, Ana Belén comete un error en vez de echar a correr por las escaleras opta por llamar a dos timbres del vecindario y termina acorralada por su agresor en la puerta del primero E. Ahí Manolo le asesta la cuchillada mortal que le seccionó el lóbulo de la oreja derecha, terminó en la base del cuello y afectó a gran cantidad de músculos, vasos arteriales, venas nervios y vías aéreas. En ese momento es cuando abre la vecina y mantiene la surrealista conversación con el presunto asesino que relató al tribunal el martes.
No solo quería hacer daño, quería matar
Los peritos han dejado claro al jurado que la persona que cometió los hechos “no sólo quería hacer daño”, han dado a entender que quería matar, lo que sugiere ideación de las muertes, la tesis de las acusaciones.
Sobre el estado mental de Manolo Yébenes, ‘Piti’, los peritos que lo examinaron al poco del crimen dicen que no padece ninguna patología, que está en sus cabales. También que estaba consciente, orientado y colaborador.
Yébenes no dio de detalles de cómo las apuñaló (tampoco lo ha hecho en el juicio), pero también les dijo a los primeros forenses que lo examinaron, como a la Guardia Civil, que había hecho lo que tenía que hacer, y culpó a las mujeres de haberlo arruinado.
Una psicóloga de parte que ha examinado al acusado ha asegurado que el acusado, de 59 años, podría tener secuelas psíquicas por su condición de bebé prematuro (un dato que no está corroborado con informes porque nació en casa), y que su inteligencia límite le hace haber reaccionado de una manera extremadamente violenta al agravio: lo habían dejado sin un euro en el banco y con deudas, su preocupación desde primeros de febrero.
Esta perito también ha dicho que Manolo es incapaz de haber ideado el crimen.
Los alegatos finales al jurado, este viernes
El juicio con jurado ante la Audiencia Provincial por el doble asesinato de Ana Belén Ledesma y su hija Ana María Pérez, de 46 y 18 años respectivamente, ha entrado este jueves en su recta final. Este viernes las partes tendrán que exponer sus alegados de conclusiones finales al jurado, que podría recibir el objeto del veredicto el próximo lunes.
La fiscalía también pide 50 años
Manolo Yébenes se entrenta a 50 de cárcel. La fiscalía, que en principio solicitaba 48 años y medio, ha elevado a 50 la calificación porque entiende que en el caso de Ana María, como en el de su madre, también concurre la agravante de parentesco (aunque no era hija biológica llevaba viviendo con ellos los tres años de matrimonio).
El fiscal y las acusaciones particulares que ejercer por separado las otras dos hijas de la asesinada, Mari Carmen y Saray, consideran que Yébenes es culpable de dos delitos de asesinato con las agravantes de alevosía, ensañamiento y parentesco y piden 25 años por cada crimen.
La defensa solicita la libre absolución, califica los hechos de homicidio, y reclama que se apliquen varias eximentes.