El coste medio para producir uva para vinificación en Castilla-La Mancha es de 2.676,40 euros por hectárea, de los cuales 2.053,80 euros corresponden al pago de las actividades vitícolas como la poda, el abonado, los tratamientos de fitosanitarios, la vendimia, el transporte, o la instalación de espalderas, entre otras labores.
Así lo recoge un estudio de costes para este producto realizado por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) para la organización Interprofesional del Vino de España (OIVE).
Contiene el análisis de costes totales, por sistemas de cultivo y por territorios vitivinícolas, y el índice de costes de producción de uva.
Desde la interprofesional insisten en que son precios de referencia, y no son la base para fijar cotizaciones en las operaciones comerciales de venta de uva.
Las cifras sitúan a Castilla-La Mancha -la región más productora de España y de Europa, con el 50% de la producción de vino-, en la séptima de las doce comunidades españolas analizadas.
Galicia -con 9.303 euros por hectárea- y País Vasco -con 6.144,17 euros por hectárea- son las regiones con los costes de producción más altos, por el modelo de emparrado, tradicional en su territorio. Frente a ellos, los más bajos corresponden a Extremadura, con 1.517,43 euros la hectárea, y a Madrid -con 1.872,31 euros la hectárea-.
En España
En España, el coste total medio para producir uva para vinificación en España es de 3.854,98 euros por hectárea, de los cuales 3.156,82 euros corresponden a la realización de actividades vitícolas.
El coste medio por kilo de uva es de 0,50 euros, de los que 0,41 se emplean en las labores agrícolas. Por ejemplo, el coste de la poda de una cepa es de 0,32 euros y de 0,07 euros por vendimiar un kilo de uva.
La variable más importante, según recoge el estudio, es la de los costes por hectárea, y al depender de los rendimientos, “en el caso de España son especialmente inestables”.
Ser “muy cautos”
Esa variabilidad, tal y como recoge el estudio dirigido por el ingeniero Agrónomo Raúl Compés, hace que las estimaciones de costes medio “sean poco precisas”, por lo que “hay que ser muy cautos a la hora de tomar decisiones”.
Igualmente, dicha inestabilidad, según los expertos, se reproduce en mayor o menor grado en los cuatro grandes modelos de viticultura: vaso en secano, vaso en regadío, espaldera en secano y espaldera en regadío.
Los expertos apuntan, en este sentido, a que hay que tener en cuenta todas las variables que rodean al cultivo, desde los territorios, a los sistemas de cultivo, y la metodología de los sistemas agrícolas de producción.
El territorio es ya “discriminante en cualquier estudio de costes en viticultura”, y en conjunto las diferencias se deben, entre otros, a factores internos tales como el perfil del viticultor, el destino de la producción -calidad de la uva-, la edad de la viña, su variedad, el sistema de conducción y manejo, pero también a factores externos como las condiciones ambientales, que varían de una campaña a otra y de una parcela a otra.
Por ejemplo, el hecho de que un año llueva más o menos -o la propia distribución temporal de la lluvia- afecta al número de pases de cultivador y a los tratamientos sanitarios.
El emparrado es el más caro
Los costse de producción de la viña emparrada son más altos que los de vaso, un 4,8% más, según las cifras de costos estudiadas en el análisis de la OIVE.
En primer lugar, el dinero empleado por hectárea –tanto los totales (12.540 €/ha) como los de actividades (10.237€/ha)– en parral se incrementan al resto de modelos, y corrobora la singularidad de este modelo de viticultura, que se refuerza por su presencia casi exclusiva en zonas atlánticas o zonas muy húmedas -en esta muestra especialmente en la DO Rías Baixas-.
Por el contrario, el modelo de vaso‐secano tiene los costes medios por hectárea más bajos -2.661 euros por hectárea, de los cuales 2.328 euros son de actividades- y menos dispersos.
Por su parte, es el sistema de conducción de regadío en espaldera, que es el que se está imponiendo en España, tiene los costes totales más bajos, con 3.441 euros por hectárea frente a 3.975 euros de otro modelo.
Respecto a los costes unitarios, es decir, la suma entre los costes variables y los fijos, el parral sigue teniendo los costes más altos ‐1,19 euros el kilo, de los cuales 0,91 euros se gasta en actividades-.
En secano los costes son de 0,51 euros el kilo, de los cuales 0,45 euros se distribuyen en distintas labores, muy similares a los de espaldera en secano.
“Esto explicaría el rápido declive del sistema de conducción de vaso en España cuando los viticultores no pueden obtener un precio que compense sus mayores costes unitarios”.
A ello se une la expansión del regadío en espaldera, con un coste “significativamente” más bajo, de 0,39 euros el kilo, 0,31 euros en actividades.
Los costes de poda son sustancialmente más elevados en espaldera de regadío (0,28 euros por cepa) que en vaso de secano (0,18 euros la cepa). Por el contrario, los costes unitarios de vendimia son casi tres veces más altos en vaso‐secano (0,09 euros el kilo) que en espaldera‐regadío (0,03 euros el kilo).
El trabajo puede contribuir, según la OIVE, a la mejora de la gestión comercial y por tanto de la rentabilidad del viticultor.
Segunda fase
El Estudio de Costes de producción de uva para la elaboración de vinos en España es, según la primera fase, y lo pone a disposición de los operadores del sector, aunque tiene previsto abordar una segunda fase “en la que se ampliará el alcance y la muestra para tener datos agregados más fiables y segmentables más precisos”.
Desde OIVE recuerdan, en una nota, que el sector vitivinícola cuenta para esta nueva campaña con los contratos homologados de compra/venta de uva y vino.