Profesores, alumnos y sus familias celebraron ayer en el Quijano la apertura de los actos del Cincuentenario de la presencia de la Obra Salesiana en la ciudad, un cuarto de siglo “trabajando con mucha ilusión con los muchachos” en la Casa Hogar de Santo Tomás de Villanueva y otros 25 años al frente del Colegio Salesianos-Hermano Gárate
El provincial de los Salesianos de la Zona Centro de España, Luis Onrubia, destacó que están “muy contentos de haber colaborado con Ciudad Real y esta Diócesis” e indicó, que por las referencias que tiene, “han sabido congeniar bien el espíritu de San Juan Bosco y el de esta ciudad manchega”.
En el acto, al que asistieron el presidente de la Diputación, Nemesio de Lara, y la alcaldesa, Rosa Romero, Onrubia recordó “el alcance de un colegio, puesto que no son sólo los alumnos, sino también las familias en las que nacen y las que después forman”. Según Onrubia, a la Labor Salesiana le caracteriza que los educadores “tratan de estar junto a los jóvenes, cercanos a sus problemas, en su caminar y en sus dificultades”. Sobre esta “cercanía del trato”, dijo que el Evangelio pone la imagen del Buen Pastor, al igual que Don Bosco, fundador de los Salesianos, que les encomendó que “todo educador en un colegio salesiano o centro juvenil esté atento a todos los chavales y, sobre todo, a los más necesitados”.
Aparte de esta cercanía de los educadores y el ambiente cordial, los alumnos reciben valores de la experiencia cristiana, de solidaridad y de integrarse con responsabilidad en el mundo y crear familias honradas, expuso Onrubia, que indicó que “Don Bosco sintetizaba toda la labor salesiana en lograr de los jóvenes honrados ciudadanos y buenos cristianos”.
El acto de inauguración del Cincuentenario se abrió con una proyección sobre el trabajo realizado durante este medio siglo por los Salesianos en la capita, a la que siguió la representación, por parte de alumnos de Primaria, de la pieza de teatro ¿Te unes a nosotros? También se pudo disfrutar con Vamos a limpiar el mundo, del musical Don Bosco, sketches de humor y mimo, la actuación de una pequeña orquesta de viento y cuerda, y la puesta en escena de Considérate uno más, del musical Óliver.
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