“Venir a La Solana es volver a un pueblo que me ha adoptado; me acuerdo mucho de mi madre”. Son palabras de Manolo Cal (Madrid, 1948), que este sábado recibió el homenaje del Festival de Cine y Vino en el auditorio Tomás Barrera. El popular actor y humorista, consagrado en la serie Cuéntame cómo pasó, regresó a la localidad natal de su progenitora, la ya desaparecida actriz Amparo Pacheco, para apadrinar la gala de clausura del ciclo, que este año ha alcanzado su decimoctava edición.
Manolo Cal se mostró cariñoso y agradecido a la vez. Su sangre galana por parte materna la exporta allá donde va: “Mi madre llevaba muy a gala el queso, La Solana y La Mancha”. Y dijo algo que acabará de enamorar a cualquier solanero: “Venía en el coche y de pronto he visto la torre y me ha entrado una cosa en el estómago”.
El festival puso así su epílogo -a falta de las proyecciones del domingo- tras 12 días en los que se han multiplicado las proyecciones cinematográficas en el Centro Tecnológica de Audiovisuales, las catas de vino maridadas y otras actividades paralelas, en las que han tenido protagonismo tanto niños como mayores.
La citada gala de clausura ocupó aproximadamente la mitad del aforo del Tomás Barrera. Sobre el escenario, profusión de recursos luminotécnicos y motivos cinematográficos que se mezclaban con guiños al vino. Abrió la Asociación ‘Salsa Flamenca’ a todo ritmo con una coreografía del Livin On A Prayer, de Bon Jovi, y después el Voy a pasármelo bien, de Hombres G. Acto seguido salió el terceto Son el trio “Bésame Antes de Morir” (chelo, piano y flauta travesera) para interpretar la primera banda sonora de película de la noche.
Llegaba el turno de la presentadora, la periodista solanera Rosa Salcedo, que arrancó con los premios Vinos de Cine. Representantes de las bodegas ganadoras subieron para recoger sus galardones en las 7 variedades a concurso. A continuación, usuarios del Centro Ocupacional ‘Virgen de Peñarroya’ irrumpieron para entregar el premio +Capacidad (400 euros). Mari Carmen, Rosa, Puri, Luis, Víctor y Antonio anunciaron al corto ganador: Intentando, de Juan Manuel Montilla ‘El Langui’, que había estado en la proyección pero no asistió a la gala y envió un mensaje de agradecimiento.
Después se entregó el premio al mejor cortometraje local (200 euros), que recayó en Hay un monstruo detrás de la puerta, de Juana Torrijos González. Llegaba con un pan bajo el brazo tras su éxito en el festival de Málaga. Después fue el turno del premio al mejor corto elegido por el público, bajo el nombre de ‘Jesús Onsurbe’ (900 euros), que se llevaron, exaequo, Tula, de Beatriz da Silva, y Mesa para tres, de Álvaro García y Meka Rivera. El premio al mejor corto de Castilla-La Mancha (500 euros) fue para Mañana volveré, de Hugo de la Riva. Por último, el mejor corto de la sección oficial, acreedor del premio Airén (1.800 euros), otorgado por un jurado profesional, recayó en Espinas, de Iván Sainz Pardo.
Y llegó el momento álgido de la noche, con el tributo a Manolo Cal. Recibió una placa conmemorativa, amén de una muestra de los vinos de La Solana. A la hora del discurso, el veterano actor no ocultó su emoción por este momento, amplificado por el recuerdo imborrable de su madre, Amparo Pacheco, solanera de nacimiento.
Después, el alcalde, Eulalio Díaz-Cano, regaló unas bonitas palabras a Manolo Cal, del que destacó precisamente su sangre solanera. Pero también puso en valor la importancia del Festival de Cine y Vino de La Solana, y el maridaje único que hace para promocionar los dos ámbitos. Y anunció que el objetivo es seguir haciéndolo crecer, entre otras cosas porque la Diputación Provincial se ha comprometido a doblar su aportación económica a partir de la próxima edición. La música, cómo no, colocó la guinda antes de la ‘foto de familia’ final.