El juicio por el homicidio del exvendedor del cupón de la ONCE en Alcázar de San Juan José González ha quedado visto para que el jurado emita su veredicto sobre la culpabilidad o no de la única acusada en el caso, María Ángeles Pozo.
Pozo, que reconoce que el 25 de noviembre de 2020 estuvo en casa de su amigo ‘Pepe’ y se llevó la tele, pero no el ataque por el que entró en coma y murió tres meses después, se enfrenta a una acusación de homicidio por abuso de superioridad y robo.
El abogado Óscar Rivas, que ejerce la acusación en nombre de los nueve hijos de González, ha rebajado de asesinato a homicidio la calificación, como la fiscalía, aunque sigue solicitando una abultada condena de veinte años de cárcel, frente a los diecisiete años y nueve meses del fiscal Carlos G. Santorum.
“Se llevó la tele porque es drogadicta”
“Se llevó la tele porque es drogadicta, una vez que ya estaba en la casa para socorrer a su amigo, no lo atacó”, ha alegado la abogada defensora Ángela María Miñarro, que ha conminado al jurado a tener en cuenta “solo las pruebas de objetivas” (se supone que informe de ADN y periciales). Miñarro alega que no hay pruebas contundentes, ni siquiera con qué objeto golpearon al fallecido, y ha pedido un veredicto de no culpable a los siete hombres y dos mujeres de este jurado, que empezarán a deliberar a partir de este jueves, cuando se les entregue el objeto del veredicto.
El fiscal sin embargo cree que todas las evidencias conducen a una sola persona: la acusada, a la que el día anterior los vecinos vieron discutir a gritos de dinero con el fallecido, que el día 25 cobraba su pensión, y a la franja horaria, las 18.30 y 19.30 horas de ese día 25 en el que la ve un vecino en el rellano del piso del fallecido, a lo que dicen los forenses el golpe y sobre todo a la propia declaración de la acusada.
“Su declaración se cae por su peso”
“¿Qué persona, drogada o no, entra en casa de un amigo dando una patada en la puerta, lo ve tirado, inconsciente, lo tumba en una cama, le roba la tele y se marcha sin avisar a nadie?”, ha preguntado retóricamente el fiscal en su informe final, “lo han escuchado ustedes, examinen su testimonio”.
El fiscal también le ha pedido a los miembros del tribunal popular que juzguen si es lógico que después de dejar a González “moribundo en una cama”, la acusada vendiera por 50 euros la tele, consumiera droga con la amiga a la que le dijo “ya te enterarás mañana”, “y siguiera haciendo su vida tranquilamente hasta que la detuvo la policía al día siguiente”; «su testimonio se cae por su peso», ha enfatizado.
“No me encuentro bien”
La acusada solo ha hecho uso de su derecho de última palabra en el caso para decir que no se encuentra bien, “llevo tres noches sin dormir”, y dar las gracias al jurado “por estar aquí”.
El relato de hechos sobre el que tiene que emitir su veredicto el jurado sitúa a la acusada a media tarde del 25 de noviembre en casa de González, un segundo piso de un bloque de viviendas de la calle Portugal del barrio de La Pradera de Alcázar de San Juan, un amigo alcohólico al que visitaba con frecuencia.
Entró para pedirle dinero
Se supone que ese día fue a pedirle un dinero que le debía -ha declarado que para recuperar un móvil empeñado-, forzó la puerta para entrar, discutieron en la cocina, y aprovechando “su fuerte complexión”, y los problemas de movilidad y visión de la víctima, lo golpeó en la cara con un objeto contundente que no ha aparecido, que lo dejó inconsciente. Luego llevó a la víctima al dormitorio, lo tendió de lado en la cama con un cojín en la cabeza y lo dejó ahí (ella dice que estaba borracho, no en coma).
Le robó la tele y la vendió al rato por 50 euros
De la casa se llevó un televisor de plasma que vendió a otro vecino de la zona un rato después por 50 euros. José González sufrió gravísimas lesiones cerebrales por las que estuvo ingresado en la UCI hasta el 1 de febrero del año 2021, cuando falleció.
La acusada reconoce el robo, pero no el ataque ni menos el homicidio. Está en prisión provisional por estos hechos en Ávila -en Ciudad Real no hay centros penitenciarios para mujeres- desde el 27 de noviembre de 2020.