Belén Rodríguez
Ciudad Real
El invierno 2016-2017 está siendo el más duro en lo que a incendios domésticos se refiere desde que existen registros. Entre diciembre y enero sólo en Castilla-La Mancha han muerto por esta causa ocho personas, tres de ellas en la provincia de Ciudad Real, de un total de cincuenta y una en España. Son el doble que entre diciembre de 2015 y enero de 2016, según refleja el estudio ‘Víctimas de incendios en España’.
El informe, que elaboran desde 2010 la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos en la que participa el SCIS de Ciudad Real deja en una preocupante posición a Castilla-La Mancha, que ocupa el tercer lugar del ránking empatada con Cataluña (también 8 fallecidos en los dos últimos meses), y sólo superada por Andalucía (10) y la Comunidad Valencia (9), todas ellas con mucha más población.
¿Por qué? “No podemos precisarlo con exactitud, el estudio es riguroso, único en España y yo diría que el mejor que existe en Europa, pero las conclusiones que sacamos son genéricas”, señala Jesús Hernández, responsable de prevención de la Fundación Mapfre, que hace hincapié un hecho estadístico desalentador: “Desde que empezamos con esto hemos constatado que diciembre y enero marcan la tendencia general del año. Si esto se cumpliera otra vez este año sería un desastre porque significa que las 51 muertes registradas hasta ahora habría que multiplicarlas por tres o cinco como resultado global del año”.
El estudio, relativo a 2015 que se hizo público este jueves, junto al avance de este invierno, recoge que descuidos con radiadores, braseros (todavía en uso en pueblos pequeños) y chimeneas en el salón de la vivienda provocaron más de la mitad de los incendios.
También que la mayoría de ellos se produjeron en horario nocturno, entre las 20.00 y las 8.00 horas de la mañana, y que la mayoría de las víctimas son personas mayores de 65 años. Datos casan con los dos incendios con víctimas mortales en vivienda que se han producido en la provincia en la semana del 14 al 22 de enero:, un matrimonio de Corral de Calatrava de 91 y 88 años, que murieron asfixiados por la mala combustión de un aparato eléctrico, y la mujer de 94 años que falleció en Bolaños, en ese caso en un fuego que se originó en un brasero eléctrico.
El brasero, prohibido
Ante los malos datos de este invierno, más frío que el anterior, los expertos en prevención recomiendan como primera regla de seguridad: erradicar el uso del brasero, «es peligroso tanto porque suele estar en contacto con materiales inflamables, telas, etc, o puedes morir por la inhalación de monóxido de carbono”, aconseja Jesús Hernández, responsable de prevención de la Fundación Mapfre.
“El riesgo de estufas o chimeneas es más controlable, si los tiros están limpios y siempre que las apaguemos a la hora de irnos a acostar”, dice.
La sobrecarga de las líneas eléctricas es otro problema, “muchas instalaciones están en malas condiciones, hay que revisarlas y asegurarnos de que tienen elementos que nos protegen de la sobrecarga”.
Dejar de fumar y no hacerlo en la cama
Otro consejo es dejar de fumar, y sobre todo, “no fumar nunca en la cama”.
También se recomienda instalar detectores de humos, que cuestan entre 6 y 20 euros, “es el mejor elemento para sobrevivir a un incendio. Detecta el humo antes de que se vea y nos da tiempo a escapar”.