La ONG ambiental WWF celebra “los datos son esperanzadores para el futuro de esta especie” del último censo de linces ibéricos conocido en España, que cifra la población en 1.365, lo que supone un aumento del 22,62% y recuerdan que hay que seguir trabajando todavía para alcanzar una población totalmente viable, lo que se lograría con al menos 3.000-3.500 individuos, de los cuales 750 deberían ser hembras reproductoras, y para reducir al máximo sus amenazas y conseguir que la especie esté fuera de peligro.
WWF valora “muy positivamente” el incremento de la población de lince superior al 20 por ciento respecto al censo publicado el año pasado, pero también destaca que se trata del tercer año consecutivo con un aumento similar de la población lincera.
El primer año de esta serie de porcentajes fue 2019, momento en el que un gran número de las hijas de los linces liberados empezaron a criar. Ejemplo de este éxito reproductivo es el caso de ‘Odrina’, que crió en 2019 y era hija de ‘Mesta’, un ejemplar liberado en 2016. Otro ejemplo de mamá lince nacida en el campo, cuya progenitora llegó gracias al programa de cría en cautividad, es ‘Iñalbali’, una hembra de lince que está presente en estos momentos en las cámaras del proyecto Territorio Lince de WWF.
“Estamos muy satisfechos con el notable incremento de los linces en la península ibérica, cuya población casi llega a los 1.400 ejemplares, según el último censo correspondiente a 2021. Este avance continuo responde al esfuerzo incansable de más de 20 administraciones y organizaciones, además de muchos particulares, y donde WWF ha trabajado sin descanso en los últimos 20 años con un papel muy destacado”, asegura Ramón Pérez de Ayala, responsable de proyectos del programa de especies de WWF España.
El lince necesita multiplicar por tres la población
“A pesar de este importante incremento, el lince aún está en peligro y su población aún necesita multiplicarse por 3 en 2040. Para lograrlo, tenemos que seguir trabajando para eliminar sus principales amenazas, que siguen siendo los atropellos y la mortalidad ilegal. Aunque parezca increíble, todavía hoy siguen muriendo linces por disparo, o por el uso ilegal de venenos y trampas, como lazos o cepos. Estas acciones causan una pérdida irreparable de linces cada año, y están consideradas como delito en nuestro código penal” Y subraya: “quienes las cometen se pueden enfrentar a importantes sanciones e incluso a penas de cárcel”.
WWF España explica en un comunicado que está muy implicada con la conservación del lince desde la creación de la propia ONG, participando como socio en los sucesivos proyectos Life, manteniendo acuerdos de custodia con 18 fincas y en más de 25 000 ha que albergan unos 12 territorios de hembras con cachorros, y desarrollando trabajos de mejora de hábitat y recuperación de las poblaciones de conejo.
Reducción de sus amenazas
Además, WWF trabaja activamente en la reducción de sus amenazas, desarrolla campañas de sensibilización, participa activamente en el seguimiento científico y está desarrollando nuevas plataformas para mejorar el conocimiento de la especie, como son las webcam de Territorio Lince.
Para seguir impulsando la recuperación de la especie y potenciar la conexión entre las poblaciones, la Comisión Europea aprobó en 2020 el proyecto ‘Life Lynx Connect: creando una metapoblación de lince ibérico genética y demográficamente funcional’. El proyecto coordinado por la Junta de Andalucía y en el que participan 21 socios, entre los que se encuentra WWF España, se extenderá hasta el año 2025.