El obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar Viciosa, ha colocado esta mañana la primera piedra de la nueva Casa Sacerdotal de la Diócesis de Ciudad Real, que estará ubicada en el recinto del Seminario. En concreto en la esquina entre la carretera de Porzuna y la calle Amanecer.
El obispo celebró que por fin, tras cinco años de esfuerzos, comience a ser una realidad este importante proyecto que viene a dar respuesta a una necesidad de la Diócesis: dar a los sacerdotes, en especial a los mayores, un buen lugar donde vivir y donde sus necesidades estén cubiertas. “Lo merecen por toda su vida dedicada a la evangelización”, manifestó Melgar.
El nuevo edificio se llamará Casa Sacerdotal Santo Tomás de Villanueva, patrón principal de la Diócesis de Ciudad Real. Contará con un total de 5.656 metros cuadrados en cuatro plantas y un presupuesto de 5.797.873 de euros que proceden del Fondo de Sustentación del Clero de la Diócesis y de donativos y aportaciones de los propios sacerdotes.
El obispo explicó que se han superado muchas dificultades hasta la colocación de esta primera piedra (una urna con las banderas de Castilla-La Mancha, España y la Unión Europea, periódicos de este jueves y la Hoja Diocesana de esta semana). “En los últimos cinco años la residencia ha sido hago prioritario y tras dos años y medio para conseguir recalificaciones y permisos, llegó la pandemia y luego la invasión de Ucrania que ha provocado el aumento del precio de las materias primas”.
El director diocesano de Obras, Rafael Melgar Martín-Fontecha, ha ofrecido una breve historia del proceso seguido para abordar este proyecto. La actual Casa Sacerdotal se encuentra en la calle Alarcos en un edificio que la Diócesis comparte en propiedad con Unicaja. La primera idea fue abordar una rehabilitación de este edificio. Sin embargo la estrechez del inmueble y sus condiciones, la Diócesis se planteó otro lugar, estudiando si construir fuera o dentro del seminario. Al final se decidió por ubicar la nueva Casa Sacerdotal en terrenos del Seminario.
Edificio
El arquitecto, Diego Reyes Gallego, resaltó el reto que suponía crear un nuevo edificio junto a un edificio tan espectacular como el Seminario. En este sentido apuntó que la Casa Sacerdotal tendrá una composición compacta, clásica, con un patio claustral y seguirá la línea del Seminario, compartiendo materiales como su ladrillo rojo, e incorporando otros materiales más actuales, como zócalos, paramentos y cornisas de hormigón visto coloreado, acero Cortén y barandillas de vidrio. El objetivo es que el edificio se integre de forma discreta sin restar protagonismo al Seminario y alternando lo mínimo posible el entorno.
El edificio contará con cuatro plantas y un sótano. Una de ellas quedará diáfana en previsión de futuras necesidades. Se prevé además un retranqueo de diez metros sobre la alineación de la carretera de Porzuna y de once metros sobre la calle Amanecer, a las que presenta fachada, con objeto de que el edificio aparezca en un segundo plano. En la primera estará el acceso peatonal y en la segunda habrá un acceso para vehículos.
Al tratarse de un inmueble que alojará prioritariamente a sacerdotes mayores, la Diócesis ha cumplido con los criterios y normativas establecidos en Castilla-La Mancha por la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales.
Inicialmente en la primera y la segunda planta se construirán 40 habitaciones con dormitorio, baño y una pequeña sala de estar. La tercera planta se quedará de momento sin construir.